Un corazón en invierno (1992)

 

Título original: Un coeur en hiver

País: Francia

Director: Claude Sautet

Guion: Claude Sautet, Jacques Fieschi, Jérôme Tonnerre

Música: Maurice Ravel

Fotografía: Yves Angelo

Intérpretes: Daniel Auteuil, Emmanuelle Béart, André Dussollier, Myriam Boyer, Elizabeth Bourgine, Brigitte Catillon, Stanislas Carré de Malberg, Jean-Claude Bouillaud, Dominique de Williencourt, Jeffrey Grice, Luben Yordanoff, Nanou Garcia, Francois Domange, Van Doude, Jacques Villa, Galaxie Barbouth, Benoit Bellal, Pierre Cheremetieff, Severine Debels, Jean-Marie Fonbonne, Oguz Janos Lengyel, Anne Macina, Xavier Rothmann, Jean-Luc Bideau, Maurice Garrel

Productora: Films Par Film, Orly Films, Sédif Productions, Panavision, Da Films, France 3 Cinéma

Año de producción: 1992

Duración: 01:40:17

Género: Romance, Drama, Drama romántico

 
Sinopsis:

Maxime (André Dussollier) y Stéphane (Daniel Auteuil) son amigos y trabajan juntos. Maxime, que vende violines, es un  hombre activo, sin especiales preocupaciones. Stéphane, luthier, por el contrario, es retraído, hermético,  con pocas relaciones.

Maxime se enamora de una joven violinista de éxito, Camille Kessler (Emmanuelle Béart).

Entre los tres personajes se desarrolla una relación compleja. La actitud discreta de Stéphane exaspera e intriga a Camille.

De un modo pasivo, casi a pesar suyo, Stéphane entra en un turbio juego de seducción, de manipulación, en el que cree mover los hilos pero del que pierde el control cuando Camille le pone frente a la evidencia de unos sentimientos, que pensaba podría mantener a distancia.

 

Versión: Dual + subtítulos españoles

Formato: .mkv

Calidad: DVDrip

Tamaño: 1.41 GB

Un corazón en invierno

 

 

Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y un poco de rollo de mi cosecha

 

Premios BAFTA: Nominada a la mejor película en habla no inglesa

Premios del Cine Europeo: Mejor actor del año (Daniel Auteuil)

Festival de Venecia: León de plata y premio FIPRESCI al mejor director (Claude Sautet), mejor actriz (Emmanuelle Béart), mejor guion (Claude Sautet y Jacques Fieschi)

Premios David di Donatello: 3 premios, incluyendo mejor film extranjero, mejor actriz extranjera (Emmanuelle Béart) y mejor actor extranjero (Daniel Auteuil)

Premios César: Mejor Director y Actor de reparto (André Dussollier) y las siguientes nominaciones: mejor película, mejor actor (Daniel Auteuil), mejor actriz (Emmanuelle Béart), mejor actriz de reparto (Brigitte Catillon), mejor guion original y/o adaptado (Jacques Fieschi), mejor fotografía (Yves Angelo), mejor sonido (Pierre Lenoir y Jean-Paul Loublier)

Sindicato de críticos cinematográficos franceses: Mejor película

Premios del círculo de críticos cinematográficos de Londres: Mejor película en lengua extranjera.

Academia Nacional del Cine de Francia: Claude Sautet


A fin de dar la mayor verosimilitud a su interpretación, Emmanuelle Béart aprendió a tocar el violín y ensayó durante un año las piezas de música clásica que su personaje interpreta en la película; no obstante la ejecución de las  mismas corre a cargo de Jean-Jacques Kantorow.

Las composiciones musicales que interpretan los personajes son de Maurice Ravel, se trata de algunos pasajes de “Trío para piano, violín y violonchelo”, “Sonata para violín y violonchelo” y “Sonata para violín y piano”.

Y ahora me retiro discretamente para que disfrutéis con la lectura de unos extractos de un magnífico ensayo sobre la película. 

Dejo también  al final un enlace a una página interesante: “Tiempo de cine”, por si os apetece.

 

Concierto para un hombre solo: Un corazón en invierno, de ClaudeSautet

No es aventurado afirmar que dentro del cine europeo, es Francia el país que ofrece una filmografía más homogénea y compacta, sin que esto implique una actitud poco arriesgada o temerosa del vanguardismo y la experimentación. Nos referimos más bien a una pronunciada actitud humanista, a una mirada que apunta hacia el ser humano y sus conflictos consigo mismo y con sus semejantes, antes que al uso de la tecnología y de un formalismo estéril que cunde como plaga alrededor del planeta. Aunque los estilos, las épocas y la manera de contar las cosas difieren, en la obra de directores como Renoir, Ophuls, Demy, Truffaut, Godard, Chabrol, Rivette, Malle, Rohmer, Berri o Maurice Pialat -por mencionar unos cuantos- el protagonista es uno sólo: el hombre  

Por eso una película francesa es inconfundible: su tono de intimidad nos habla al oído; sus personajes no son caricaturas, están vivos, sienten, ríen y sufren como nosotros; su historia nos envuelve y nos atrapa porque en ella nos vemos retratados a veces con sonrojo...

...Estas reflexiones vienen a cuento al ver un filme que no traiciona su origen ni la tradición fílmica que hay tras él. Estamos hablando de “Un corazón en invierno (Un coeur en hiver, 1992), del veterano director Claude Sautet. Sautet representa un caso particular dentro del panorama fílmico francés, pues siendo contemporáneo de la nouvelle vague, no puede realmente inscribirse en ese movimiento del que nunca se sintió parte y que opacó las obras que realizara a mediados de la década de los sesenta

Graduado de la IDHEC (Instituto de Altos Estudios de Cinematografía: Institut des Hautes Études Cinématographiques)  en 1948, empezó a trabajar con Jacques Becker, Maurice labro y Georges Franju; su primer largometraje fue A todo riesgo” (Classe tous risques, 1960) aparecido -para su desventura- el mismo año de Sin aliento (À bout de souffle). Ignorado, decidió continuar como guionista de películas de Deray, Ophuls, Rappeneau, de Broca y Jacques Demy antes de volver a la dirección en 1965 con “Armas para el Cairbe” (L’Arme a gauche), un filme de suspenso protagonizado por Lino Ventura y Sylva Koscina...


...Tras aventurarse inicialmente en el cine de suspenso, Sautet desembocó de manera gradual hacia la construcción de obras de un complejo dramatismo psicológico en las cuales se involucran en forma equívoca seres solitarios en busca de una paz que les es esquiva y en las cuales los sentimientos de cada uno están en primer plano, casi siempre en situaciones en las que se retrata un trío antes que una pareja, como ocurre en Las cosas de la vida” (Les choses de la vie, 1970), Max y los chatarreros” (Max et les ferrailleurs, 1971), Ella, yo y el otro” (César et Rosalie, 1972) o en Una vida de mujer” (Une histoire simple, 1978), películas por las cuales pasaron actores imprescindibles dentro del cine contemporáneo como Yves Montand, Michel Piccoli y la recordada Romy Schneider, protagonista de varios de sus filmes. Aficionado a la música -en una época de su vida se desempeñó como crítico musical-, el director dota a sus filmes de una rítmica musicalidad y una banda sonora que es también protagónica, realizada en la mayoría de los casos por el compositor francés Philippe Sarde...


...Coherente con su estilo, Un corazón en invierno desarrolla de igual manera un intenso drama entre tres seres, en el que la música -ahora de Maurice Ravel- marca el tono y guía la narración…   ...la historia que ahora nos ocupa se refiere a tres personas, tres vidas dedicadas a la música: Maxime (André Dussollier), el propietario de un taller de reparación de violines, Stéphane (Daniel Auteuil), el principal luthier, y Camille (Emmanuelle Béart), una joven y dotada intérprete, de quien Maxime se enamora...


...Estamos hablando de tres artistas, pues Maxime y Stéphane han recibido una educación musical profesional, sólo que derivaron sus carreras hacia otros campos, lo mismo que sus vidas, ya que Maxime es un hombre de mundo y de gran roce social, mientras Stéphane dedica su vida a su trabajo, ajeno a todo tipo de relación afectiva. Hay gozo y honestidad “artística” en la actividad de estos dos personajes, tanto cuando Maxime negocia un violín, como cuando Stéphane logra encontrar el defecto que padecía uno de los amados instrumentos que le ha sido encomendado


La perfecta concentración de Auteuil en su papel dota a su personaje de rasgos verosímiles dentro de un “autismo social…   … aislándose tras muros, rejas y alarmas defendiendo una intimidad que dista poco de la soledad. Es más, Sautet le pone una compañera cerca: Helene, una mujer interesante, a quien Stéphane, en su miopía, nunca ve más que como a una confidente...


...Sin embargo, Stéphane parece envidiar la suerte de su compañero de labores -la palabra patrón no cabe entre los dos-, pero no hace nada para cambiar las cosas. A pesar de ello, su misma manera de ser -de un perfeccionismo extremo en su labor- atrae lentamente la atención de Camille, ella misma una perfeccionista del violín, y, lentamente, se va sintiendo atraída por el esquivo artesano

No hay palabras de amor entre Camille y Stéphane, no hay contacto físico, no hay un gesto evidente de interés de él hacia ella, pero entendemos que hay algo mágico e inusual creciendo en el ambiente, algo que ninguno parece ser capaz de dominar y la maestría de Sautet está en mostrarnos eso, el proceso de enamoramiento de una mujer basado en unos signos muy poco evidentes pero significativos para ella

 

Hay una cosa más que hace de este filme algo especial y es, claro, la música. Emmanuelle Beart tuvo que aprender a tocar violín -aunque su interpretación es doblada por Jean-Jacques Kantarow, un virtuoso del instrumento- para poder encarnar a su personaje y la elección de las sonatas de Ravel no es de ninguna manera casual

Ravel fue un hombre tímido, de una personalidad callada y solitaria, entregado por completo a la música durante los últimos años de una vida no muy extensa y estamos por pensar que Claude Sautet ha moldeado a Stéphane a partir de la figura taciturna y esquiva de Maurice Ravel, como un homenaje a este maestro y a la vez haciéndoles un guiño de complicidad a los amantes del cine y la música clásica


...Un insólito destino parece regir el futuro de tres personas, cuya intelectualidad se ve superada por sus sentimientos, culpables de llenar sus vidas de zozobra y dolor, pero responsables, a su vez, de hacerlos sentir vivos. Hay entre ellos alguien distinto, alguien con un corazón en otra estación, en un perpetuo invierno donde la nieve cae sin tregua sobre él y sobre aquellos a su lado. Sautet se encarga de recordarnos que, a pesar del frío invernal, el sol se empeña en salir día a día, con la terquedad del que sabe que es el amor el que guía sus pasos

un hermoso filme hecho con absoluta precisión y de un profundo dramatismo, logrado gracias a un pequeño grupo de actores que han sabido captar la atmósfera sutil que el director requería, para hacer algo difícil que pocos logran: una obra maestra.

 

Publicado en la Revista Kinetoscopio no. 35 (Medellín, vol. 7, 1996) págs. 97-100

©Centro Colombo Americano de Medellín, 1996

 

Juan Carlos González A. es el autor de todos los textos de Tiempo de cine”.

 






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