Los cuentos de Canterbury (1972)
Título original: I racconti di Canterbury
País: Italia
Director: Pier Paolo Pasolini
Guion: Pier Paolo Pasolini. Novela: Geoffrey Chaucer
Intérpretes: Franco Citti, Ninetto Davoli, Laura Betti, Josephine Chaplin, Pier Paolo Pasolini, J.P. Van Dyne, Hugh Griffith, Tom Baker
Música: Ennio Morricone
Fotografía: Tonino Delli Colli
Productora: Coproducción Italia-Francia
Año de producción: 1972
Duración: VE: 01:46:52 - VO: 01:51:24
Género: Comedia, Drama, Edad Media
Grupos: Trilogía de la vida
Sinopsis:
Basada en “Los cuentos de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer (papel que en la película interpreta el propio Pasolini).
Un grupo de peregrinos se dirige con ansiosa fe a la catedral de Canterbury y, para entretenerse en las largas noches de descanso y en los días de fatigoso caminar, se dedican a relatar cuentos como el «Cuento del mercader», el «Cuento del fraile», el «Cuento del cocinero», el «Cuento del molinero», el «Cuento de la mujer de Bath», el «Cuento del factor» y el «Cuento del indulgente».
Versión: Doblada al español
Formato: .mkv
Calidad: BRrip
Resolución: 1920x1040
Tamaño: 2.04 GB
Versión: VO + subts. españoles
Formato: .mp4
Calidad: BRrip 1080p
Resolución: 1920x1040
Tamaño: 2.12 GB
PÓSTER 2
Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y (no siempre) un poco de rollo de mi cosecha
Segunda película de la “Trilogía de la vida”, precedida por “El Decamerón” y seguida por “Las mil y una noches”.
Aunque “United Artists” había comprado los derechos de la trilogía para su exhibición en Estados Unidos, para evitar cualquier problema que pudiera surgir debido a lo “escabroso” de los temas tratados y la explicitud de algunas imágenes de todas ellas, llegado el momento del estreno la distribución estuvo a cargo de “Airdart”, filial de United Artists, que quedaba así al margen de cualquier posible conflicto.
(Continuación del post de “El Decamerón”)
Aunque más conocido como cineasta, destacó igualmente como poeta y narrador. Aquí os dejo una muestra, la “Balada de las madres”, que forma parte de “Poesía en forma de rosa” publicado en 1964.
Balada de las madres
Me pregunto qué madres habéis tenido.
Si os vieran ahora, trabajando
en un mundo para ellas desconocido,
presos en un ciclo siempre inacabado
de experiencias tan distintas de las suyas,
¿qué mirada tendrían sus ojos?
Si estuvieran allí mientras escribís
vuestro artículo, conformistas y barrocos,
o lo entregáis a redactores vendidos
a cualquier compromiso, ¿entenderían quiénes sois?
Madres viles, que llevan en sus rostros el temor
antiguo, ese que, como una enfermedad,
deforma los rasgos en un blancor
de niebla, los aleja del corazón,
los encierra en el viejo rechazo moral.
Madres viles, pobrecitas, preocupadas
de que sus hijos conozcan la vileza
para pedir un empleo, para ser prácticos,
para no ofender almas privilegiadas,
para defenderse de cualquier piedad.
Madres mediocres, que aprendieron
con humildad de niñas, de nosotros,
un único, desnudo significado,
con almas en las que el mundo está condenado
a no dar ni dolor ni alegría.
Madres mediocres, que jamás tuvieron
para vosotros más palabras de amor
que la de un amor sórdidamente mudo,
de bestia, y en él os criaron
impotentes ante los reales deseos del corazón.
Madres serviles, acostumbradas desde hace siglos
a agachar sin amor la cabeza,
a transmitir a su feto
el antiguo vergonzoso secreto
de conformarse con las sobras de la fiesta.
Madres serviles, que os han enseñado
cómo puede el siervo ser feliz
odiando a quien, igual que él, está atado,
cómo puede ser beato traicionando,
y seguro, haciendo lo que no dice.
Madres feroces, ocupadas en defender
lo poco que, como burguesas, poseen,
la normalidad y el salario,
casi con la rabia de quien se venga
o se siente acorralado en un absurdo asedio.
Madres feroces, que os dijeron:
¡Sobrevivid! ¡Pensad sólo en vosotros!
¡No sintáis jamás piedad o respeto
por nadie, guardad en el pecho
vuestra integridad de buitres!
¡Ahí tenéis, viles, mediocres, siervas,
feroces, a vuestras pobres madres!
Sin ninguna vergüenza de saberos
-en vuestro odio- incluso altivos
en este valle de lágrimas.
Así es cómo os pertenece este mundo:
hermanados en pasiones opuestas,
o patrias enemigas, por el profundo rechazo
a ser distintos, a responder
del dolor salvaje de ser hombres.
CONTINÚA EN EL POST DE “Las mil y una noches”
“Nunca he ejercido en mi vida violencia alguna, ni física ni moral, simplemente porque he confiado en mi naturaleza, es decir en mi cultura.” (Pier Paolo Pasolini)
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