Filmografía Joan Fontaine







Cambió el apellido, tuvo diferencias con su hermana Olivia de Havilland. Pero lo cierto es que ésta y Joan Fontaine son dos grandísimas actrices, en este caso las comparaciones no son odiosas (o no tanto, al menos).


Como su hermana, Olivia de Havilland, Joan Fontaine nació en Tokio, Japón, el lugar donde estaba destinado su padre, abogado británico de patentes. Era un 22 de octubre de 1917, y su nombre completo es Joan de Beauvoir de Havilland. El divorcio temprano de los padres y el delicado estado de salud de Joan, que tenía anemia con dos años, decidió a la madre, la actriz Lillian Fontaine, a trasladarse con sus hijas a Saratoga, California. Allí estudiaron Olivia y Joan, pero la segunda volvió a Japón con su padre cuando tenía 15 años, y allí permaneció. Tal vez esa separación contribuyó a abrir la sima que separa a las hermanas, y que tuvo su máxima repercusión pública en la no-felicitación respectiva por ganar el Oscar cuando ambas ya eran actrices, Joan primero en 1941 por Sospecha, y Olivia después en 1946 por La vida íntima de Julia Norris.




Resulta curiosa y alimenta el morbo la enemistad de las dos hermanas, que nunca coincidieron en una película. Pero lo cierto es que la vida misma parecía obligarles a rivalizar, iban como pisándose los talones en una loca carrera a ver quién llegaba primero. Se ha dicho que en la carrera interpretativa la madre apoyaba más a Olivia, y Joan tuvo que cambiarse el apellido para no interferir, y tras jugar inicialmente con el apellido artístico Burfield, finalmente se inclinó curiosamente por el materno también artístico de Fontaine. A la hora de debutar en pantalla –antes habían hecho ambas sus pinitos en los escenarios–, las dos hermanas lo hicieron en el mismo año, 1935, y el mismo mes, junio, aunque parece que Fontaine ganó este primer envite del estreno por un solo día. No More Ladies era un vehículo al servicio de Joan Crawford, y Fontaine tenía un papelito.




Durante varios años Fontaine sumó papeles secundarios, dos de ellos con George Stevens en Señorita en desgracia (1937) –junto a Fred Astaire y Ginger Rogers– y Gunga Din (1939). Más peso tuvo en otros títulos como El rapto de Laura (1938), aunque eran filmes cercanos a la serie B, de los que RKO, el estudió que había contratado a la actriz, hacía a patadas. La cosa avanzaba poco a poco, con algunos trabajos gratificantes como el de Mujeres (1939) de George Cukor, con un reparto netamente femenino donde de nuevo estaba a la sombra de la Crawford.




La gran oportunidad llegó una noche en que tuvo ocasión de departir con David O. Selznick, en otro ejemplo de solapamiento fraterno, ya que Olivia trabajó para el mítico productor en Lo que el viento se llevó. Se trataba de una cena con mucha gente, y ambos charlaron acerca una novela de moda: “Rebeca”, de Daphne du Maurier. Selznick se había hecho con los derechos, y constatado el conocimiento que la actriz tenía de la obra, la reclamaría para una prueba de la pobre segunda esposa De Winter. Acabaría siendo seleccionada entre decenas de actrices, y el film de Alfred Hitchcock Rebeca (1940) resultaría sencillamente memorable, valiendo a su protagonista una nominación al Oscar. Al año siguiente Fontaine repetía con el mago del suspense en Sospecha, y esta vez la estatuilla no se le resistió, batiendo a su propia hermana que optaba al premio por Si no amaneciera. Tras el drama bélico Sé fiel a ti mismo (1942), llegó otra nominación al Oscar gracias a La ninfa constante (1943). Demostraba así ser la actriz ideal para el melodrama gótico, frágil y fuerte al mismo tiempo, de modo que fue fichada para Jane Eyre (Alma rebelde) (1944), donde compartió pantalla con Orson Welles en la adaptación de la novela de Charlotte Brontë. Se encontraba en el mejor momento de su carrera, y aún iba a llegar un lote de magníficas películas.




Entretanto, la vida personal no era un lecho de rosas, y significativamente así tituló sus memorias, publicadas en 1979. En 1939 se había casado con el actor Brian Aherne, pero sus diferencias terminaron en divorcio en 1945. Al año siguiente contraía matrimonio con el productor William Dozier, del que tuvo su único vástago en 1948, una niña llamada Debbie. Pero la familia se rompía en 1951. Sus otros dos matrimonios, que tampoco llegaron a buen puerto, fueron con el guionista y productor Collier Young y con Alfred Wright.




Volviendo al cine, y siguiendo la estela de Olivia, Joan Fontaine se puso a las órdenes del director que posibilitó el primer Oscar de la hermana. Fue en la peli de piratas El pirata y la dama (1944). Seguiría cultivando su imagen dulce y sofisticada en Mis cuatro amores (1945) y ¡Viva la vida! (1948), y acompañaría al cantarín Bing Crosby a las órdenes de Billy Wilder en El vals del emperador (1948). Pero también se sumergió en una suerte de cine negro en Abismos (1947) y Sangre en las manos (1948), junto a Burt Lancaster. Así hasta llegar quizá a la cima de sus posibilidades interpretativas en la apasionadamente romántica Carta de una desconocida (1948), la cinta de Max Ophüls que adaptaba la novela homónima de Stefan Zweig, sobre una mujer enamoradísima, pero trágicamente marcada por la ceguera de su amado, que no reconoce tal amor. De tener roto el corazón en este film, Fontaine pasaría a romper corazones en Nacida para el mal (1950), título que define a su formidable personaje.




La década de los 50 permitiría a la actriz llegar a géneros y tipo de filmes que ya había visitado su hermana Olivia. ¿Qué le faltaba abordar la aventura? Pues allá va un Ivanhoe (1952) dirigida por Richard Thorpe. ¿Cómo, querida, que nunca has filmado un Shakespeare? Pues marchando un Otelo (1952), el de Orson Welles, aunque sea de refilón, como una paje, y no figure en los títulos de crédito. Y tuvo sus dos películas con Mitchell Leisen, al igual que su hermanita, al hacer Cariño, ¿por qué lo hiciste? (1951). A partir de este momento se alternan títulos olvidables, con otros tan apasionantes como El bígamo (Ida Lupino, 1953), Something to Live for (George Stevens, 1953) y Más allá de la duda (Fritz Lang, 1956). Las adaptaciones de James M. Cain (Dos pasiones y un amor) y Francis Scott Fitzgerald (Suave es la noche) no estaban a la altura de sus referentes literarios, aunque la actriz estaba bien. La retirada del cine llegaría con The Witches (1966), una película de terror de la Hammer. Aún tendría la Fontaine presencia televisiva en series diversas, incluido un episodio de Alfred Hitchcock presenta, y otro de Vacaciones en el mar, de nuevo persiguiendo aquí a la sombra fraterna; su última aparición en la pequeña pantalla fue muy adecuadamente de reina, que eso fue en la pantalla, en el telefilm Good King Wenceslas, en 1994.





The Witches (1966)

Suave es la noche (Tender is the Night, 1962)

Viaje al fondo del mar (Voyage to the Bottom of the Sea, 1961)

Una cierta sonrisa (A Certain Smile, 1958)

Una isla al sol (Island in the Sun, 1957)

Mujeres culpables (Until They Sail, 1957)

Dos pasiones y un amor (Serenade, 1956)

Más allá de la duda (Beyond a Reasonable Doubt, 1956)

La gran noche de Casanova (Casanova's Big Night, 1954)

Tres historias de amor (Decameron Nights, 1953)

El bígamo (The Bigamist, 1953)

Vuelo a Tánger (Flight to Tangier, 1953)

Ivanhoe (1952)

Una razón para vivir (Something to Live For, 1952)

Cariño, ¿por qué lo hiciste? (Darling, How Could You!, 1951)

Otelo (1951)

Nacida para el mal (Born To Be Bad, 1950)

Idilio en Septiembre (September Affair, 1950)

Carta de una desconocida (Letter From An Unknown Woman, 1948)

¡Viva la vida! (You Gotta Stay Happy, 1948)

El vals del emperador (The Emperor Waltz, 1948)

Sangre en las manos (Kiss the Blood Off My Hands, 1948)

Abismos (Ivy, 1947)

De hoy en adelante (From This Day Forward, 1946)

Mis cuatro amores (The Affairs of Susan, 1945)

El pirata y la dama (Frenchman's Creek, 1944)

Jane Eyre (Alma rebelde, 1943)

La ninfa constante (The Constant Nymph, 1943)

Sé fiel a ti mismo (This Above All, 1942)

Sospecha (Suspicion, 1941)

Rebeca (Rebecca, 1940)

El hombre de la conquista (Man of Conquest, 1939)

Mujeres (The Women, 1939)

Gunga Din (1939)

El engaño de una rubia (Blond Cheat, 1938)

Gigantes del cielo (Sky Giant, 1938)

The Duke of West Point (1938)

El rapto de Laura (Maid's Night Out, 1938)

Un hospital en las nubes (The Man who Found Himself, 1937)

Señorita en desgracia (A Damsel in Distress, 1937)

Olivia (Quality Street, 1937)

No más mujeres (No More Ladies, 1935)





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