Nelly y el Sr. Arnaud (1995)
Título original: Nelly et M. Arnaud
País: Francia
Director: Claude Sautet
Guion: Claude Sautet, Jacques Fieschi, Yves Ullman
Música: Philippe Sarde
Fotografía: Jean-François Robin
Intérpretes: Emmanuelle Béart, Michel Serrault, Claire Nadeau, Françoise Brion, Jean-Hugues Anglade, Michèle Laroque, Michael Lonsdale, Charles Berling
Productora: Coproducción Francia-Italia-Alemania;
Les Films Alain Sarde, TF1 Films Production, Prokino Filmproduktion GmbH, Cecchi Gori Group Tiger Cinematografica
Año de producción: 1995
Duración: 01:46:49
Género: Drama
Sinopsis:
Nelly (Emmanuelle Béart) está casada con Jerôme (Charles Berling), pero su matrimonio está en crisis. Jerôme es un desempleado que hace tiempo que dejó de buscar empleo. Nelly también ha sido despedida de su trabajo en una editorial y recurre a diversos empleos a tiempo parcial (en una imprenta, en una panadería…) para poder resolver sus dificultades financieras (deben varios meses de alquiler).
A través de su amiga Jacqueline (Claire Nadeau), Nelly conoce a Pierre Arnaud (Michel Serrault), un jubilado de posición acomodada, quien, al enterarse de los apuros de la joven, le entrega un cheque de treinta mil francos y le ofrece trabajo como secretaria para que le ayude mientras redacta sus memorias.
Versión: VO + Subts. españoles
Formato: .mp4
Calidad: BRrip 1080p
Tamaño: 2.04 GB
Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y un poco de rollo de mi cosecha
En el cartel original de la película aparece el título como “Nelly et Mr. Arnaud” lo que equivale a “Nelly et Mister Arnaud”; lo adecuado en francés sería “Nelly et M. Arnaud” pues “M.” es la abreviatura correcta de “Monsieur”.
Mientras dicta sus memorias, el Sr. Arnaud le explica a Nelly que su primer destino fue en la “Islas de Sotavento”, donde “después de la guerra se enviaba a los jueces primerizos”. Su primer destino, explica, fue en Ururoa, y se lo deletrea: “U.R.U.R.O.A.”un lugar que no ha podido localizar en un atlas, aunque recuerda que durante un proceso los testigos habían sido interrogados en maorí. Lo más probable es que el destino fuese Uturoa, la mayor de las ciudades de Raiatea, una de las islas de Sotavento. El nombre de Ururoa pudiera hacer pensar en el atolón de Mururoa, también llamado Moruroa, el atolón de la Polinesia Francesa donde se llevaron a cabo varios ensayos nucleares. (*)
(*) Para que veáis todo lo que se aprende con la Wikipedia.
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Premios
Premios Louis-Delluc 1995
Premio de la crítica : Premio Méliès al mejor film francés
Césars 1996
César al mejor director : Claude Sautet
César al mejor actor : Michel Serrault
Premios Lumière 1996
Prix Lumière al mejor actor : Michel Serrault
Nominaciones
Césars 1996
César al mejor film
César mejor guión original o adaptado : Jacques Fieschi et Claude Sautet
César mejor actriz : Emmanuelle Béart
César mejor actor de reparto : Jean-Hugues Anglade
César mejor actor de reparto : Michel Lonsdale
César mejor actriz de reparto : Claire Nadeau
César mejor música : Philippe Sarde
César major montaje : Jacqueline Thiedot
BAFTA Awards 1997
Mejor película en lengua no inglesa
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Nelly y el Sr. Arnaud. Una relación inesperada
La última película que llevó a cabo Claude Sautet
se podría resumir como la historia de un hombre mayor que se reconecta a la
vida a través de la relación con una hermosa joven a quien contrata como
asistente. Sautet se especializó en los años sesenta y setenta en películas en
torno a las relaciones de pareja, algunas de ellas protagonizadas por
intérpretes tan atractivas como Romy Schneider o Léa Massari.
Emmanuelle Béart es una buena sucesora de esta estirpe de actrices. Aquí encarna a una mujer en apuros económicos que acaba trabajando para un misterioso juez jubilado mientras intenta poner orden a su vida amorosa. La película prefiere centrarse en la ambigua e indefinida relación que se establece entre hombre mayor y mujer joven que en los amoríos de la chica. Sautet explora así asuntos como el miedo a implicarse emocionalmente, la memoria y los recuerdos, la tentación de volver a enamorarse o los prejuicios propios y ajenos en un film íntimo y personal. (Eulàlia Iglesias)
En 1991 este director francés ofreció Un corazón en invierno, inteligente y profunda parábola sobre un hombre que tenía miedo al amor. Ahora ofrece una no menos valiosa y seria consideración sobre la soledad y sus causas.
La joven Nelly (Emmanuelle Béart), emprendedora y culta, decide dejar a su marido, en paro, sin plantearse el porqué de su pasividad ni prestarle ayuda. Necesitada de dinero, acepta un cheque del solitario Sr. Arnaud (Michel Serrault), juez jubilado y antiguo empresario muy rico; acepta también trabajar para él como secretaria en la redacción de sus memorias. Entre los dos nace una relación afectiva, paterna y filial, de amor utópico, de mutua ayuda; pero, basada en el egoísmo, cada uno seguirá una mejor compañía cuando se le ofrezca, con distinta fortuna: o alargando el egoísmo, o acreciendo la soledad…
No se queda en un retrato de costumbres ni en la crítica de un sector social, sino que, sirviéndose de todo eso, entra en los entresijos del alma: en la egolatría de un casi viejo con un pasado profesional injusto, despreocupado de sus hijos, separado de su mujer, a la que tampoco ama…; en la vida de una joven, fundada en la satisfacción orgullosa, utilitarista, en el no compromiso… Con un total silencio de lo religioso, estas vidas y las del círculo de amigos revelan no sólo falta de solidaridad, sino de fidelidad, ausente la idea de sacrificio y omnipresente la satisfacción física o sexual.
Sin embargo, todo está presentado y vivido en un mundo de buenas maneras. No hay gritos, sino educada media voz. El ritmo es pausado, llega al matiz, al valor de un gesto, al tono en que una palabra es dicha. Grandes actores expresan con magistral hondura ese desolado mundo interior. Todo es suave por fuera, como el sonido de la música, los entonados ocres, la elegancia de las figuras. Y empapa de tristeza, que llega sin ruido; poco a poco la tarde del hombre pierde su luz hasta la oscura soledad de la noche.
Una lección de buen cine, magistral lección sobre una preocupante realidad. (Pedro Antonio Urbina)
Obra póstuma de Claude Sautet que, con la colaboración de su guionista habitual desde “Quelques jours avec moi” (1988), Jacques Fieschi, construye una historia sobre la condición humana. Una película reposada, de sentimientos, llena de gestos y silencios significativos que tratan de expresar el desencuentro y la imposibilidad amorosa. Éstos son valores que dominaron los últimos títulos de la filmografía del realizador francés y que supo encontrar en Emmanuelle Béart, su actriz fetiche después de la desaparición de Romy Schneider. Junto a Béart y en el papel de viejo Arnaud destaca el veterano Michel Serrault, que obtuvo por su papel el premio César. La cinta obtuvo además diez nominaciones más, de las que consiguió la de mejor director.
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