La belleza del diablo (1950)

 

Título original: La beauté du diable

País: Francia

Director: René Clair

Guion: René Clair, Armand Salacrou

Música: Roman Vlad

Fotografía: Michel Kelber

Productora: Coproducción Francia-Italia; Franco London Films, Universalia Film, Ente Nazionale Industrie Cinematografiche (ENIC)

Intérpretes: Michel Simon, Gérard Philipe, Nicole Besnard, Simone Valère, Carlo Ninchi, Raymond Cordy, Tullio Carminati, Paolo Stoppa, Gaston Modot

Año de producción: 1950

Duración: 01:32:34

Género: Fantástico, Drama

 
Sinopsis:

Henri Fausto (Michel Simon), un  viejo alquimista, se retira, desilusionado, de su puesto como profesor de universidad. Tras más de cincuenta años de estudio no ha conseguido desentrañar los misterios de la naturaleza.


Una tarde recibe la visita de Mefistófeles (Gérard Philipe), un agente del Diablo, que le ofrece la oportunidad de recuperar la juventud y de vivir una nueva vida con el aspecto del atractivo diablo.

 

Fausto, a pesar de que le complace su nuevo aspecto, se resiste a firmar el pacto. Ha conocido a un grupo de zíngaros con los que viaja la joven Margarita (Nicole Besnard) y se une a ellos.

 

Pero Mefistófeles es perseverante y no renuncia a sus diabólicos planes: le ofrece además riquezas sin cuento y el amor de una bella princesa (Simone Valère).

La tentación es superior a las fuerzas de Fausto que, finalmente, firma…

 

Versión: VO + Subtítulos españoles y franceses

Formato: .avi

Calidad: DVDRip

Tamaño: 1.1 GB

La belleza del diablo

 

Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y un poco de rollo de mi cosecha

Medio en serio, medio en broma, esta aproximación al mito de Fausto por parte de René Clair nos recuerda indefectiblemente a Me casé con una bruja”, el clásico que el mismo René Clair dirigió en 1942, durante su etapa americana.  Las dos películas emplean sabiamente los efectos especiales y la técnica del claroscuro para representar, de un modo más cómico que terrorífico, los elementos sobrenaturales de la historia.

 

Aunque la película no tenga la coherencia de otras obras suyas y descanse en demasía en la destreza interpretativa de sus dos actores principales, “La belleza del diablo” funciona muy bien a distintos niveles y nos ofrece momentos muy divertidos y abundantes toques de humor inteligente.

Curiosamente, parece que la intención de René Clair al plantearse la película era la de enmendar lo que consideraba un fallo estructural en la historia de Fausto. Que lo consiguiera o no queda a juicio de cada uno. Lo que es innegable es que consiguió una atractiva y diabólicamente inteligente obra cinematográfica.

El mito de Fausto ha sido tratado cinematográficamente en distintas ocasiones.

--- El clásico expresionista de 1926, versión muda de Friedrich Wilhelm Murnau:  Fausto”.

 

--- La dirigida por William Dieterle en 1941: “El hombre que vendió su alma”, conocida en inglés indistintamente como “All That Money Can Buy” o “The Devil and Daniel Webster .


--- En 1949 John Farrow dirigió  Alias Nick Beal”, con Ray Milland y Audrey Totter.

 

 

Tampoco el cine español dejó pasar de largo la historia a la que, en 1957, José Luis Sáenz de Heredia dio su toque personal, adaptando al cine su propia opereta, “[i]Si Fausto fuera Faustina[/i]”, estrenada con éxito en 1942. La película, “Faustina”, que representó oficialmente a España en el Festival de Cannes, tuvo como protagonista a María Félix, arropada por un reparto de lo mejorcito del cine español de la época.


--- Richard Burton, al alimón con Nevill Coghill, adaptó en 1967 el texto de Christopher Marlowe: “Doctor Fausto”, (Doctor Faustus), protagonizada por el propio Burton y Elizabeth Taylor.

 

--- “Pacto con el diablo", (Hammersmith Is Out), fue la muy, muy libre contribución al tema dirigida por Peter Ustinov en 1972, que también protagonizaba con, de nuevo, Elizabeth Taylor y Richard Burton.

--- “Doktor Faustus”, esta vez basada en la novela del mismo título escrita por Thomas Mann. Dirigida en 1982 por Franz Seitz.

 

Por el momento creo que la última, dejando aparte varios cortos y medios metrajes, es la producción teatral filmada en 2012 bajo la dirección de Matthew Dunster tomando de nuevo la obra de Marlowe como base.



Y ahora, más que nada para llenar huecos en el post, un poco de rollo sobre Fausto.

Parece que el personaje tiene su base histórica en un tal Johann Georg Faust o Georgius Faustus, probablemente nacido en 1480 en la ciudad de Knittlingen y probablemente muerto en 1540 a consecuencia de una explosión durante un experimento. Cuentan que siempre iba acompañado de dos perros que eran demonios…

Todo muy vago e inconcreto, pero sea como sea, el personaje despertó de inmediato el morbo de la población, aprovechando lo cual un autor anónimo puso la historia negro sobre blanco con el muy explícito título de “Historia Von D. Johann Fausten”, cuya baja calidad literaria no fue óbice para que tuviera una rápida y gran acogida por parte del público y fuese pronto traducida a otros idiomas. Publicada en 1587, se considera la primera manifestación literaria del tema.

Al calor del fulminante éxito obtenido, Alexander Hock, un impresor de la ciudad de Tubinga comenzó a preparar, junto con Johannes Feinaug, estudiante de teología, una versión en verso para tenerla terminada antes de que finalizara el año. Se publicó a principios de enero del año siguiente pero, su gozo en un pozo, no sólo no encontró el eco apetecido sino que, por las prisas en tenerla lista en la fecha prevista, no tuvieron en cuenta algunos artículos del  estricto código de censura obligatorio para cualquier publicación y ambos acabaron en la cárcel, amén de que la mayor parte de los ejemplares fueran destruidos. Únicamente se conserva uno en la Biblioteca Real de Copenhague.

Lleváis la cuenta, ¿verdad?

1540.-  Experimento, explosión y muerte de Georgius Faustus.

1587.-  Primera versión literaria (“basada en una historia real”) a cargo de un señor anónimo.

1587.-  Primer “remake” a cargo de un par de espabilaos a los que por pasarse de listos y no respetar las normas, les confiscaron casi todos los ejemplares y dieron con sus huesos en la cárcel.

Apenas habían pasado cuatro años cuando, en 1592, tiene lugar el segundo “remake”, a cargo de un joven inglés contemporáneo de Shakespeare, un tal Christopher Marlowe, que basándose en la traducción inglesa de la primera versión se pone manos a la obra y, pimpán, pimpán, en un plisplás deja lista una versión del tema de lo más apañá: “The Tragical History of Dr. Faustus”.

Pero la que parece ser la versión más unánimemente aclamada, y desde luego la más conocida, tuvo que esperar hasta que otro alemán, Johann Wolfgang von Goethe, se decidiera por un nuevo “remake” (y van tres…) y con el escueto título de “Fausto”, publicase, en 1808, la primera parte del tocho (*), cuya segunda parte vio la luz póstumamente en 1833.

 

(*)En la cuarta acepción que el Diccionario de la RAE aplica al palabro: “coloquialmente. Libro de muchas páginas”. Aclaración que me apresuro a hacer para que no os vayáis a confundir con la primera acepción: “adjetivo. Tosco, inculto,  tonto, necio”. Que ya nos conocemos… Que hay algunos que son muy tiquismiquis (o, como dicen en Aragón, “niquitosos”) y enseguida ponen el grito en el cielo.

Otro alemán, también muy famoso, Thomas Mann, da una nueva vuelta de tuerca (cuarto “remake”) y escribe en 1947 la novela “Doktor Faustus”, historia de un músico que vende su alma al diablo, etc., etc.

Seguro que hay más, pero me parece que ya he dado bastante la vara con las versiones literarias.

Si quisiera llevaros hasta la desesperación (no temáis, no voy a hacerlo) podría empezar a relacionar las versiones musicales (Wagner, Berlioz, Gounod, Arrigo Boito…) de las que no se libraron ni los mismísimos Queen, pero dejémoslo así.

De las versiones cinematográficas, que son las que en este Blog tienen más natural cabida, ya os he hablado al principio (bueno, casi al principio), de modo que me parece que ya está bien.

Disfrutad tranquilamente de esta pequeña joya de René Clair. A mí me ha gustado mucho.

El verdadero infierno existe en la Tierra. Es la pobreza, la soledad, la maldad del hombre...

 ¡Ea! Con Dios…


…o con el Diablo.


 


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