El príncipe estudiante (1954)


 Título original: The Student Prince

País: Estados Unidos

Director: Richard Thorpe

Guion: Sonya Levien, William Ludwig, Dorothy Donnelly. Novela: Wilhelm Meyer-Förster

Intérpretes: Ann Blyth, Edmund Purdom, John Ericson, Louis Calhern, Edmund Gwen, S.Z. Sakall, Betta St. John, y en las canciones, la voz de Mario Lanza

Música: Sigmund Romberg

Fotografía: Paul Vogel

Productora: MGM

Año de producción: 1954

Duración: 01:47:02

Género: Musical, Romance, Remake

 


Sinopsis:

 

Cuando su prometida, la Princesa Johanna (Betta St. John), le rechaza por encontrarle un poco “estirado”, el príncipe Karl (Edmund Purdom), heredero al trono de Karlsburg, un pequeño país europeo, es enviado a estudiar a la Universidad de Heidelberg donde se supone que el trato con otros estudiantes le hará aprender a comportarse. Rápidamente se integrará en el ambiente estudiantil y se enamorará de Kathie (Ann Blyth).

 

Pero cuando el rey (Louis Calhern) enferma, Karl deberá regresar a su país y se enfrentará al dilema de elegir entre sus obligaciones y su felicidad.

 

 

Versión: VO + subts. español e inglés (integrados)

Formato: .mkv

Calidad: DVDrip

Resolución: 720x338

Tamaño: 2.37 GB

 

EL PRÍNCIPE ESTUDIANTE

 

 

 

  

Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y (no siempre) un poco de rollo de mi cosecha

 

 

En 1898 Wilhelm Meyer-Förster publicó la novela “Karl Heinrich” que, a la vista del gran éxito obtenido, el propio autor convirtió en obra teatral que, con el título de “Alt Heidelberg” (El viejo Heidelberg), se estrenó en 1901.

 

El éxito alcanzado por la novela acompañó con creces a la obra teatral que llegó a convertirse en una de las obras más representadas en Alemania durante la primera mitad del siglo XX.

 

Pero está visto que hay quien nace con estrella. El éxito no tenía visos de decaer sino todo lo contrario. Suma y sigue.

 

En 1915 se realizó en Estados Unidos la primera versión cinematográfica: “Old Heidelberg”.

 

El año 1926 una nueva versión, alemana, titulada como la obra de teatro, “Alt Heidelberg”.

 

Y en 1927 la dirigida por Lubitsch, protagonizada por Norma Shearer y Ramón Novarro: “El príncipe estudiante” (The Student Prince in Old Heidelberg).

 

Entre tanto, en 1924 el compositor Sigmund Romberg, con libreto de Dorothy Donnelly tomando como base la obra teatral, compuso la música de la opereta que seguiría la estela de éxitos: “El príncipe estudiante”.

 

La primera versión sonora es este musical de la Metro dirigido por Richard Thorpe en 1954.




Pero no os vayáis a creer que acabó aquí la cosa. No. En 1959 hay otra. Esta vez de nuevo en Alemania y dirigida por Ernst Marischka.

 

Y finalmente, en 1998, hay una “tivimuvi” (claro, hombre, claro, una de esas películas que se ruedan, ex professo, para televisión) que también se titula “El príncipe estudiante” pero que, en este caso, no tiene nada, pero nada, que ver con todas las anteriormente citadas. Se titula, eso sí, “El príncipe estudiante”. Pero ahí termina toda similitud.

 

"¿Y por qué la citas?”, os preguntaréis algunos. Pues porque ya sabéis cómo me gusta enrollarme, respondo.

 

¡Bueno, bah! ¿Queréis que os cuente más cositas?

 

Vale, allá van. Seguid leyendo.



Mientras la historia se conservó básicamente igual que en la opereta, en la película se introdujeron numerosos cambios. Se eliminaron catorce de las canciones originales y se incluyeron tres nuevas compuestas especialmente para la película (I'll Walk with God, Beloved y Summertime in Heidelberg). Se cambiaron también las letras de casi todas las demás canciones originales que se conservaron de la opereta.

 

La canción “Just We Two” que en la película cantan Karl y Kathie, en la versión teatral la cantaban la Princesa Johanna y el Conde Tarnitz (personaje suprimido en la peli) que están secretamente enamorados pero deben mantenerlo oculto por razones de estado.

 

Mario Lanza grabó dos discos diferentes, ambos con el sello RCA. El primero con las letras de las canciones modificadas para la versión cinematográfica, incluyendo también las compuestas especialmente para la película. Más tarde, en 1959, se editó un nuevo álbum, en estéreo, en el que el papel de Kathie está interpretado por la soprano Norma Giusti, y que incluye, al igual que la anterior grabación, las canciones escritas para la película y varios de los temas suprimidos de la opereta. Además, las canciones originales mantenidas en la película conservan en este álbum las letras originales del estreno de 1924. Qué lío, ¿no?

 

El productor, Joe Pasternak, se dejó la piel para conseguir que Deanna Durbin fuera la protagonista de esta versión cinematográfica, pero la actriz, retirada desde hacía varios años (su última película, Por el amor de Mary”, la rodó en 1948) se negó a abandonar su retiro.



“El príncipe estudiante” sería la última película en la que intervino S.Z. Sakall, el inolvidable e inconfundible actor de origen húngaro que falleció a los setenta y un años en febrero de 1955.

 

Dos años antes del rodaje de la película, en agosto de 1952, Mario Lanza ya había grabado la banda sonora. Todo perfecto, sin un fallo. Cada nota llevaba el sello inconfundible de Mario Lanza en su mejor momento. Pero en el rodaje… En el rodaje las cosas no fueron tan bien.

 

Se comenzó a rodar la canción “Beloved” (“Amada”); a Curtis Bernhardt no le gustaba el modo como la estaba interpretando y corrigió a Mario Lanza. Consideraba que ponía demasiada emoción cuando el príncipe debía mostrarse algo más envarado, tal como correspondería a un príncipe prusiano.

 

¡P’a qué quisimos más!

 

Lanza, como todo divo que se precie, se enfrentó al director dejándole bien clarito que su cometido era única y exclusivamente dirigir la película. Y que ningún director de cine le iba a decir a él cómo tenía que cantar.

 

¡Faltaría plus!

 

Y abandonó el rodaje jurando no volver mientras Curtis Bernhardt estuviese a cargo de la dirección.

 

El estudio le puso, y ganó, una demanda por daños y perjuicios. Mario Lanza no podría actuar en público, ni en emisoras de radio, o grabar disco alguno, durante el tiempo que tardase en expirar su contrato con la Metro (faltaban entonces todavía quince meses).

 

Finalmente las partes llegaron a un acuerdo: el estudio levantaría la prohibición al cantante si éste permitía usar las grabaciones para que otro actor, interpretando al príncipe, simulase ser quien cantaba (play back, vamos).

 

En estas condiciones se reanudó el rodaje y el fantástico resultado podéis verlo si os apetece descargaros el archivo.

 

La ironía de la historia es que, para entonces, Curtis Bernhardt también había dejado el rodaje y la Metro puso la película en manos de Richard Thorpe, con quien Mario Lanza había rodado en 1951 el que fue, sin lugar a dudas, su mayor éxito: “El gran Caruso”, también con Ann Blyth quien, por cierto, a estas alturas también estaba un poquito harta del divo.

 

Pero esa es otra historia. Disfrutad ahora de esta que, realmente, merece la pena.

  



 


 





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