A sangre fría / Trampa al amanecer (1959)




 

Título original: A sangre fría – Trampa al amanecer

País: España

Director: Juan Bosch

Guion: Juan Bosch

Intérpretes: Arturo Fernández, Gisia Paradis, Carlos Larrañaga, Fernando Sancho, Miguel Ángel, María Mahor, Aurelio Pardo, José Dacosta, Ángela Ros, Juan Carlos Monterrey

Música: José Solá

Fotografía: Sebastián Perera

Productora: Este Films, Urania Films

Año de producción: 1959

Duración: 01:19:07

Género: Cine negro, Drama, Crimen, Robos y atracos

 


Sinopsis:

 

Carlos (Carlos Larrañaga) es un joven ambicioso y planea un atraco en la fábrica textil donde trabajaba antes de ser despedido. Para llevarlo a cabo, rompe con su vida hasta el presente y entra en contacto con una banda de atracadores.

El atraco sale bien, pero uno de los trabajadores de la empresa muere. La policía les seguirá la pista y los atracadores, obligados a huir juntos, empezarán a desconfiar unos de otros por la posesión del botín.

 

Versión: Española

Formato: .mkv

Calidad: DVDrip

Resolución: 725x572

Tamaño: 1.12 GB

 

A sangre fría  - Trampa al amanecer

 

 

 

  

Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y (no siempre) un poco de rollo de mi cosecha

 

La película, estrenada como “A sangre fría”, cambió de título en 1967 por el de “Trampa al amanecer”. 

 


Había que estrenar un film estadounidense con el mismo título: “A sangre fría”, dirigido por Richard Brooks y basado en la novela homónima de Truman Capote. Por razones publicitarias la distribuidora quería respetar el título del film estadounidense pero Juan Bosch tenía el título registrado a su nombre. Tras una serie de negociaciones se llegó a un acuerdo y el film español pasó a titularse “Trampa al amancer”.

 

Ángel Comas, en su libro “Joan Bosch: el cine i la vida” publicado en catalán, recoge el testimonio del director español:

 

« ¿Cuál fue la solución? Pues que la Warner compró la película española a los productores, destruyó el negativo y las copias y el camino quedó libre. Pero todavía había un cabo suelto: el título seguía registrado a mi nombre. Los productores me contaron un cuento según el cual si yo les firmaba unos papeles que traían preparados ellos harían una venta global al extranjero y eso representaría mucho dinero para mí. Todo lo que me decían sonaba a falso, y hasta me daban un poco de pena, porque eran dos personas a las que yo, no obstante, tenía afecto.»

 

Juan Bosch firmó y nunca más volvió a saber nada del asunto.

 




 

 

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