Karami-ai (La herencia) (1962)

 

 

 

 

Ficha Técnica:


  • Título original: Karami-ai (からみ合い)

  • Año: 1962

  • País: Japón

  • Género: Cine Negro, Drama

  • Dirección: Masaki Kobayashi

  • Fotografía: Takashi Kawamata (B&W)

  • Música: Tôru Takemitsu

  • Guion: Koichi Inagaki. Novela: Norio Nanjo

  • Productora: Shochiku

  • Duración: 108 minutos

  • Reparto: Keiko Kishi: Yasuko Miyagawa. Tatsuya Nakadai: Furukawa. So Yamamura: Senzo Kawara. Yusuke Kawazu: Sadao Narimune. Mari Yoshimura: Mariko. Minoru Chiaki: Junichi Fujii. Misako Watanabe: Satoe.



Sinopsis:


En su lecho de muerte, un rico empresario anuncia su intención de dividir su fortuna entre tres hijos ilegítimos que se encuentran en paradero desconocido. La situación es propicia para que un grupo de abogados elabore un plan para apoderarse del dinero sirviéndose de impostores y del chantaje. (FILMAFFINITY)






  • Idioma: Japonés con subs en español (srt) e inglés (integrados a la película)

    Formato: MKV (WEB-DL 1080p) – The Criterion Collection

    Resolución: 1920x1080

    Tamaño: 4’02 GB







Breve comentario

by yo


Cuesta mucho entender cómo es posible que Kobayashi no tenga el reconocimiento que creo que merece y se encuentre muy al margen de otros directores, también grandes maestros del cine japonés, cuyas filmografías además son más accesibles y cualquiera en occidente puede llegar a sus películas, al igual que le sucede al gran Mikio Naruse (tenéis subida al Blog la filmografía más interesante de este excelente cineasta japonés), salvo tres o cuatro de sus películas, el resto son bastante difíciles de encontrar.

"Karami-ai (La herencia)” es un buen ejemplo de largometraje excepcional que malvive a la sombra de muchísimos otros títulos, algo injusto y que carece de explicación lógica, porque está muy cerca de ser una pequeña obra maestra (si es que no lo es) y posee la rara condición de ser una historia universal que todos, japoneses o no, podemos entender sin necesidad de hacer esfuerzos por comprender la ética y la moral propia del país nipón, una herencia, sí, que bien podría ser la de cualquier empresario capitalista de occidente, y una partida de ajedrez a varios bandos que juegan sus piezas y hacen sus movimientos sin escrúpulos con la intención de hacerse con una fortuna. Adaptando el guion de Koichi Inagaki a partir de una novela de Norio Nanjo, Kobayashi se adentra en la codicia, la avaricia, el egoísmo, en esa partida de ajedrez donde varios personajes intentan quedarse con el botín de una jugosa herencia, con ello se despliega un entramado de alianzas, engaños, traiciones, conspiraciones, manipulaciones, donde tiene mucho que ver la lujuria y las armas de mujer, un despliegue de personaje grises, todos con intereses espurios, donde la brújula moral es ambigua. Es cine negro pues, y como tal la intriga está servida y el guion es fundamental para que todo funcione de forma adecuada, y es eso exactamente, el guion, lo que hay que destacar por encima de todo.

El montaje es ágil, muy hábil en su orquestación de lo que muestra y su orden, crea vivacidad, ritmo y atmósfera en la historia, muy trabajado. El juego de miradas que hay durante toda la película, es deslumbrante, sobre todo las de Keiko Kishi, a la postre máxima protagonista del filme, saca petróleo de este recurso y con un estilo admirable, está sensacional como la convidada de piedra, o no tanto, en esta red de maquinaciones para obtener un botín cuantioso, cada uno juega sus cartas de modo tramposo, y ella tiene su mano, la vemos como mujer sumisa, se deja llevar por la lástima por su jefe enfermo terminal, destila calor humano por este, incluso cuando este requiere de ella tener sexo, lo acepta casi como un acto de misericordia. La iluminación de ambientes tan variopintos como, callejones, garitos musicales, antros, oficinas, restaurantes, habitaciones, la misma ciudad, es también extraordinaria, mención especial a la fantástica fotografía de Takashi Kawamata.

Oscura como el carbón y respirando una mezcla nociva de engaño y desconfianza, una gran película con un tono bastante hitchcockiano que te engancha desde el principio y que seguro te permitirá pasar una gran velada de buen cine, eso sí, en la oscuridad, si es posible, y preferiblemente en un día lluvioso. Otra excelente y oscura película de la infravalorada filmografía del talentoso Masaki Kobayashi.





 





 

 

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