El proceso de Billy Mitchell (1955)

 

 

 

 

Ficha Técnica:


  • Título original: The Court-Martial of Billy Mitchell

  • Año: 1955

  • País: Estados Unidos

  • Género: Drama, Bélico, Biográfico

  • Dirección: Otto Preminger

  • Fotografía: Sam Leavitt

  • Música: Dimitri Tiomkin

  • Guion: Ben Hecht, Emmet Lavery, Milton Sperling, Dalton Trumbo, Michael Wilson

  • Productora: United States Pictures. Distribuidora: United Artists

  • Duración: 101 minutos

  • Reparto: Gary Cooper (Coronel Billy Mitchell), Charles Bickford (General Jimmy Guthrie), Ralph Bellamy (Congresista Frank R. Reid), Rod Steiger (Mayor Allan Guillion), Elizabeth Montgomery (Margaret Lansdowne), Fred Clark (Coronel Moreland), James Daly (Teniente Coronel Herbert White), Jack Lord (Teniente Comandante Zachary 'Zack' Lansdowne)



Sinopsis:


Al acabar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando la aviación militar acababa de nacer y los aviones sólo servían para misiones de reconocimiento, el Brigadier General Billy Mitchell vislumbra su potencial destructivo y concibe la idea de transformarlos en bombarderos y cazas de combate. Pero sus superiores se muestran muy escépticos al respecto. Cuando Mitchell inicia una campaña en favor de la creación de un Ejército del Aire, es acusado de traición y sometido a un consejo de guerra. Pese a los esfuerzos del ejército para mantener en secreto el proceso, éste se convierte en una auténtica bomba informativa. A partir de ese momento, se pondrá de manifiesto la incompetencia del ejército frente a las ideas de un hombre con una gran visión de futuro. (FILMAFFINITY)



           Premios:


  • 1955: Nominada al Oscar: Mejor historia y guion

  • 1955: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor director







  • Idioma: Dual. Español, Inglés con subs en español (muxed)

    Formato: MKV (BRRip)

    Resolución: 1920x752

    Tamaño: 1’67 GB







                                            Breve comentario

                                                                                    by yo


Pocas personas que no sean estudiosos de la historia del poder aéreo conocen hoy el nombre de William "Billy" Mitchell, uno de los primeros pilotos del incipiente “Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos”, sirvió en la Primera Guerra Mundial en un momento en el que Inglaterra, Francia y Alemania estaban muy por delante de los Estados Unidos, no sólo en el diseño de aeronaves, sino también en la elaboración de tácticas para un nuevo tipo de guerra. Billy Mitchell, era un hombre brillante e inconforme que se dolía del escaso respaldo que tenía la aviación dentro del Ministerio de Defensa y entre los altos mandos militares que, en su contra, abogaban por estrechar más y más este presupuesto, así, sus hombres volaban a riesgo de sus vidas, pues, los aviones contaban con muy bajo mantenimiento, y el Estado daba cuenta de una muy pobre visión de futuro. Cuando, en 1925, uno de sus aviones se pierde en una tormenta causando la muerte a tres de sus hombres, Mitchell la emprende contra el Ministerio de Defensa y hace pública una declaración que, bien sabe, lo pondría ante un consejo de guerra, lo que sucedió entonces, haría historia… y, Mitchell, quedaría como valiosísimo ejemplo de la suerte de un hombre que eligió la verdad y la justicia contra cualquier tipo de consecuencias.

La película nunca se estrenó comercialmente en nuestro país, reduciéndose su difusión a contados pases televisivos, todo ello quizá haya contribuido a que “The Court-Martial of Billy Mitchell” haya quedado como uno de los títulos menos reconocidos de la obra del realizador vienés, lo cual ciertamente no hace justicia a sus méritos, ya que se trata de un film preciso, revelador de los modos y cualidades de su artífice y, por momentos, realmente magnífico. Una vez más Preminger apuesta por una mirada llena de crítica ante el mundo que retrata, un marco que en esta ocasión se centra en una de las instituciones más aparentemente intocables de la sociedad norteamericana, es de destacar el esfuerzo mostrado por el realizador –y sus guionistas-, a la hora de intentar mostrar las legítimas razones que esgrimen todos sus personajes, desde el primero hasta el último, la cámara implacable de Preminger intenta trasladar el sentir de todos ellos, apostando por incorporar ese rasgo de verdad y convicción que guían sus acciones, se trata de una mirada que no dudará en mostrar elementos de debilidad en la conducta del protagonista, al tiempo que dota de rasgos de lógica y humanidad en los personajes que podríamos considerar negativos o autoritarios –los que interpretan Charles Bickfort o Rod Steiger en las secuencias finales-.

Su puesta en escena supone una auténtica lección de cine, es una nueva prueba de la condición de primer cineasta que Otto Preminger gozó a lo largo de prácticamente toda su carrera, erigiéndose como uno de los representantes más distinguidos de esa segunda oleada de hombres de cine que llegaron hasta Norteamérica a partir de los años treinta. La precisión, fluidez y transparencia de la realización de esta película es buena prueba de ello, siempre dentro de un impecable dominio de la pantalla ancha, que le permite precisar dramáticamente la importancia de sus actores dentro del encuadre. Es algo que se manifiesta con extraordinaria nitidez en las secuencias de la vista que protagoniza Mitchell -modélicas en su planificación-, y que saben trasladar visualmente no solo las tensiones entre sus personajes, sino el dominio psicológico que se establece dentro de la vista, en la medida que los argumentos de acusación y defensa, van tomando cuerpo en la vista.

Un título magnífico, quizá se trate de uno de los exponentes de su filmografía menos apreciados y comentados, aunque supongan la primera avanzadilla de dos de sus posteriores logros absolutos, “Anatomía de un asesinato” (1959) y “Tempestad sobre Washington” (1962). Por cierto, la predicción de Billy Mitchell del ataque japonés a Pearl Harbour no fue una frivolité de Preminger al servicio de la comercialidad de su película, no, en realidad lo dijo Billy, ¿Nostradamus revival? ¡Ahí queda eso! Por último, y como mera curiosidad, hay que decir que el verdadero Billy Mitchell era un hombre especialmente bajito, con lo que sorprende la elección de Cooper ya que medía 1,90, ni más ni menos, algunos opinaron que James Cagney hubiera sido el candidato perfecto, pero la verdad es que Cooper vuelve a bordar su papel.

 

 

 

 





 

 

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Comentarios

  1. Hay que j****** con "el Brigadier General Billy Mitchell" y su "capacidad de vislumbrar su potencial destructivo". En efecto "una gran visión de futuro": cómo matar más y mejor.

    "Oh, what a lovely war!"

    Nada que objetar, sino todo lo contrario, a los habituales "breves comentarios", y quizá tampoco a la película si me decidiera a verla, pero es que "las de guerra" no me han gustado nunca. Ca uno semos ca uno.

    Abrazo fuerte y saludo cordial, Sr. Juant.

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    1. Cary Juant1/3/25 02:01

      Otro para usted, señor Don Paco.

      Saludoa cordialmente saludados.

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  2. Muchas gracias por la aportación. Ganas de conocer este Preminger no demasiado mencionado. Saludos.

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