El bígamo (1956)

 


 

 

 

Ficha Técnica:


  • Título original: Il bigamo

  • Año: 1956

  • País: Italia - Francia

  • Género: Comedia

  • Dirección: Luciano Emmer

  • Fotografía: Mario Montuori (B&W)

  • Música: Alessandro Cicognini

  • Guion: Sergio Amidei, Agenore Incrocci, Francesco Rosi, Furio Scarpelli, Vincenzo Talarico

  • Productora: Coproducción Italia-Francia; Royal Film, Filmel, Alba Film

  • Duración: 96 minutos

  • Reparto: Marcello Mastroianni, Vittorio De Sica, Franca Valeri, Giovanna Ralli, Marisa Merlini, Memmo Carotenuto, Ave Ninchi, Vincenzo Talarico, Guglielmo Inglese



Sinopsis:


Mario, comercial de dentífricos, está felizmente casado con Valeria. Su vida se irá al traste cuando descubre que una chica le acusa de que se casó con ella años atrás, y por lo tanto está desposado con dos mujeres. (FILMAFFINITY)







    Idioma: Italiano con subt. español e inglés (srt)

    Formato: MKV (DVDRip)

    Tamaño: 1’5 GB








                                                    Breve comentario

                                                                                        by yo


El bígamo” es una de las películas más conocidas y exitosas de Luciano Emmer, un director que supo interpretar como pocos el espíritu de una época, la Italia de los años cincuenta. El contexto sociocultural es el de una Italia en reconstrucción, la Italia de la posguerra, así, en una Roma completamente en obras, vemos como pasa a toda velocidad el surrealista coche de Mario De Santis, un comercial de productos de higiene bucal, la entrada en escena del protagonista se produce a lomos de este absurdo coche, que atraviesa todo un conglomerado de edificios en construcción, es el primer (y casi "único") elemento simbólico de toda la película: Mario pertenece a la emergente burguesía de la nueva Italia democrática, donde las oportunidades son infinitas y abundan las nuevas profesiones.

Luciano Emmer firma una comedia hilarante en donde se reencuentra con Sergio Amidei (asistido por el dúo Age y Scarpelli y un principiante llamado Francesco Rosi), guionista de su clásico “Domingo de agosto” (1950). Nos alejamos del naciente “neorrealismo rosa” para ahondar en una muy divertida comedia social en la que nos vamos a encontrar con el antes mencionado Mario De Santis (Marcello Mastroianni), un atractivo comercial y padre que verá su vida cotidiana trastornada cuando una mujer desconocida lo acusa de bigamia por un matrimonio contraído siete años antes, Mario niega rotundamente haber cometido tamaño crimen, pero mientras tanto entra y sale de prisión innumerables veces, mientras el caso crece exponencialmente. Todo un altísimo ejemplo de comedia que recrea con gran brillantez los mecanismos arquetípicos de la risa, desde la identidad equivocada hasta el slapstick más moderno. La brillantez de los diálogos y su velocidad son el claro resultado de un enorme trabajo en la fase de escritura y de encuentro con los actores, mientras la idea inicial se retuerce en una serpiente narrativa con mil giros impredecibles, prueba de ello es una de las secuencias más divertidas, situada más o menos en el centro de la historia: la típica aglomeración en el apartamento de Mario de todos los personajes uno tras otro, comprimidos en espacios estrechos debido a una cadena infinita de malentendidos y coincidencias, con puertas que se abren y cierran para ocultar o revelar a los personajes.

“El bigamo” nos ofrece además la oportunidad de disfrutar de un magnífico elenco de actores encabezado por un como siempre magnífico Marcello Mastroianni. Para Vittorio De Sica, un inolvidable abogado olvidadizo y fanfarrón, se le reservó un personaje secundario que va creciendo a lo largo de la película hasta culminar con la magistral secuencia previa al final del discurso en la sala del tribunal, un cuarto de hora de dominio interpretativo frente al cual resulta un arduo reto para cualquiera contener la risa durante más de un segundo. La caracterización de Franca Valeri es igualmente hilarante, está fantástica como esa desagradable y fea anciana particularmente maligna, por no hablar de un inolvidable Memmo Carotenuto con su irresistible mezquindad.

Toda una máquina de hacer reír que no es para nada ni vulgar ni banal, muy elegante en la dirección de los actores y en la construcción narrativa, capaz de cincelar finamente incluso a los personajes secundarios (Memmo Carotenuto mereció el “Nastro d'Argento” al mejor actor secundario). Agradable de principio a fin, una película con la que seguro vas a pasar un muy buen rato.



 

 

 





 

 

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