Lacombe Lucien (1974)
Ficha Técnica:
Título original: Lacombe Lucien
Año: 1974
País: Francia, R.F. Alemana, Italia
Género: Drama
Dirección: Louis Malle
Fotografía: Tonino Delli Colli
Guion: Louis Malle, Patrick Modiano
Productora: Coproducción Francia-Italia-Alemania del Oeste (RFA); Nouvelles Éditions de Films, Hallelujah Films, Vides Cinematografica
Duración: 138 minutos
Reparto: Pierre Blaise, Aurore Clément, Thérèse Giehse, Holger Lowenadler, Jean Bousquet, Jean Rougerie, René Bouloc, Jacques Rispal, Stéphane Bouy
Sinopsis:
Durante la Segunda Guerra Mundial Lacombe, un joven campesino cuyo padre está prisionero en Alemania y cuya madre se acuesta con su jefe, intenta ingresar en la Resistencia. Rechazado por el cabecilla local, ingresa por azar en la policía alemana. Con una capacidad asombrosa para amoldarse a lo que su nuevo puesto le exige, su vida cambia cuando se enamora de France, la hija de un sastre judío. (FILMAFFINITY)
Premios:
1974: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1974: Globos de oro: Nominada Mejor película extranjera
1974: Premios BAFTA: Mejor película. 3 nominaciones
1974: Asociación de Críticos Norteamericanos (NBR). 1 premio. 2 nominaciones
Idioma: Francés con subs en español e inglés (srt)
Formato: MP4 (1080p BRRip)
Tamaño: 2’34 GB (Archivo dividido en dos partes con WinRar)
Breve comentario
by yo
“Lacombe Lucien”, film del gran cineasta francés Louis Malle, coautor del guion junto con el Premio Nobel de Literatura Patrick Modiano, plasma de un modo seco, sin pretensiones, pero del todo brillante, la historia de un joven campesino, Lucien, que quiere unirse a la resistencia, pero no es aceptado, Lucien se mantiene al margen de todo, se deja llevar, va sin rumbo, la apatía, el aburrimiento, que no el patriotismo, lo llevan a intentar ingresar en la Resistencia francesa pero como ya hemos comentado es rechazado, ese rechazo, esa misma apatía y con un poco de ayuda por parte de la casualidad, le hacen caer en la policía que los alemanes y el gobierno colaboracionista de Vichy han creado para depurar la retaguardia, su apatía le hace adaptarse con facilidad a cualquier situación, y asume perfectamente el papel de verdugo de sus propios compatriotas. Todo cambiará, sin embargo, cuando traba amistad con una joven judía que es hija de un sastre que tiene un negocio clandestino de corte y confección, y que se llama, precisamente, France.
La película causó controversia en el momento de su estreno, al suponer una revisión sin tabúes de uno de los segmentos más turbios de la historia contemporánea de Francia: el período de la ocupación nazi. Por todos es sabido que fueron muchos los ciudadanos franceses que colaboraron con las autoridades alemanas durante esa época (de la misma manera que muchos españoles colaboraron con los franceses durante su ocupación de España a principios del siglo XIX); sin embargo, este hecho, irrefutable, trató de ocultarse, quizá debido a cierto sentimiento de vergüenza, en los años posteriores a la finalización de la guerra. El cine de Hollywood, y lo que es peor, la propia cinematografía gala, fueron asimismo cómplices de ese oscurantismo histórico, presentando en sus filmes a un pueblo francés oprimido y cohesionado frente al invasor alemán, tuvo que llegar Louis Malle para mostrar a los espectadores del mundo que la realidad no había sido del todo así, y lo hizo sin emitir juicios, sin revanchismos ni afán por rendir cuentas, optando por una exposición lo más objetiva (y fría) posible de los hechos.
La dirección de Malle resulta soberbia, madura, utilizando con frecuencia la cámara en mano para dotar a su historia de un realismo cuasi documental, pero la sequedad argumental y técnica, no impide que encontremos en “Lacombe Lucien” momentos ciertamente hermosos, en verdad poéticos, como los que se dan ya en el tramo final de la cinta, con motivo de la fuga que protagonizan Lucien y France, el gran Tonino Delli Colli, colaborador de autores como Pasolini, Leone o Fellini, es el responsable de la magnífica fotografía que luce el filme.
Uno de los trabajos imprescindibles de la carrera de Louis Malle, su ambiguo discurso sobre la condición humana no ha perdido ni un solo ápice de vigencia, más bien al contrario, sigue desconcertando y fascinando a partes iguales. Una magnífica película, una obra madura, para nada maniquea ni acusadora, sino simplemente demostrativa de unos hechos incontrovertibles de forma objetiva y desapasionada, muy entretenida pese a sus dos horas y veinte minutos de duración.
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