Malas calles (1973)
Ficha Técnica:
Título original: Mean Streets
Año: 1973
País: Estados Unidos
Género: Drama. Mafia
Dirección: Martin Scorsese
Fotografía: Kent L. Wakeford
Guion: Martin Scorsese, Mardik Martin. Historia: Martin Scorsese
Productora: Warner Bros.
Duración: 111 minutos
Reparto: Robert De Niro, Harvey Keitel, David Proval, Amy Robinson, Richard Romanus, Cesare Danova, David Carradine, Robert Carradine, Martin Scorsese
Sinopsis:
Nueva York, 1972. Charlie (Harvey Keitel) es un joven italoamericano de 27 años que trata de ascender en la mafia de Nueva York, pero dicho ascenso se ve obstaculizado por su sentimiento de responsabilidad hacia su imprudente amigo, Johnny Boy (Robert De Niro). (FILMAFFINITY)
Idioma: Inglés con subs en español (srt)
Formato: MP4 (BRRip)
Tamaño: 1’6 GB
Breve comentario
by yo
“Taxi driver”, “Toro salvaje” o “Uno de los nuestros” son unas genialidades, unas absolutas obra maestras, pero, antes de cualquiera de estas películas, la primera gran obra de Scorsese es “Malas calles”, que data de 1973, la primera ocasión en la que Robert De Niro colaboró con el director italo-americano, después llegarían Travis Bickle, Jack LaMotta o Max Cady, pero primero fue Johnny Boy. Se basa en un guion que Scorsese y Mardik Martin (“New York, New York” o “Toro salvaje”), escribieron en la década de 1960, llamado “Season of the Witch”, comenzó inicialmente como una continuación de los personajes de “ ¿Quién llama a mi puerta? (Who's That Knocking at My Door) (1967)”, película con la que Scorsese comenzó su fantástica carrera, se basó en eventos reales que el director vio casi con regularidad mientras crecía en “Little Italy” en la ciudad de Nueva York. El nuevo título, “Mean Streets”, fue sugerido por el crítico de cine Jay Cocks, y está inspirado en una línea de Raymond Chandler, “Por estas calles de mala calidad, un hombre debe ir”.
La película tiene en su pareja protagonista Harvey Keitel y Robert De Niro dos de sus grandes bazas, además de marcar con señas de identidad “scorsesianas” todos los fotogramas, desde ese modo crudo en que retrata un Nueva York mugriento, oscuro, sórdido, con drogas, peleas, prostitución, racismo, homofobia, usureros, borracheras, todo ello mostrado con gran nervio visual, con cámara en mano constante, con “steadycams”, con un manejo marca de la casa de las canciones para remarcar emociones. En "Malas Calles" se dan de la mano dos de las grandes pasiones del director: la novela negra y el neorrealismo italiano, desde el comienzo agarra su cámara como un puñado de papel de lija para desnudar a la ciudad de Manhattan de su encanto, mostrando su lado más peligroso y sucio, y nos introduce, a modo de documental, en los ruidosos y poco seguros barrios neoyorkinos poblados de italoamericanos, donde éstos viven sacando provecho de cualquier cosa o llegando a ser peces gordos, tan respetados como temidos. A través del drama y el humor negro, Scorsese, más que intentar contarnos una historia, nos cuenta una crónica, la del mundo del crimen de esa época y ese lugar, un mundo de violencia, cinismo, mentiras, traiciones, amores imposibles y en el que la escapatoria es poco más que una tarea imposible, precisamente así se encuentran los protagonistas del film, sin salida. Otros temas, ya sinónimos del cine del director, también hacen acto de presencia aquí, como por ejemplo la narración en primera persona, la redención, las trifulcas entre gangsters italianos, la fe cristiana o los personajes atrapados en grandes dilemas y condicionados por el mundo al que pertenecen.
Una historia de amistad, de inocencia perdida, de paso a la madurez, de un mundo que deja de ser controlable, de adultos que son como niños, que rezan a un Dios sencillo y cercano, que juegan en su barrio, pero que tendrán que afrontar que las peleas de patio de colegio se convertirán en persecuciones en coche, y las guerras con la basura en disparos a bocajarro, de niños que crecen en malas calles. Disfrutar de esta película es disfrutar de Scorsese, por lo menos del más puro y personal, de los recuerdos de su infancia a través de los ojos de Charlie, un inconmensurable Harvey Keitel, he leído en alguna parte que en su juventud, Scorsese se debatió entre ser cura, gangster o director de cine… menos mal que escogió la más coherente.
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