Malas tierras (1973)
Ficha Técnica:
Título original: Badlands
Año: 1973
País: Estados Unidos
Género: Drama
Dirección: Terrence Malick
Fotografía: Brian Probyn, Tak Fujimoto, Stevan Larner
Música: George Aliceson Tipton
Guion: Terrence Malick
Productora: Warner Bros., Badlands Company, Jill Jakes Production, Pressman-Williams
Duración: 94 minutos
Reparto: Martin Sheen, Sissy Spacek, Warren Oates, Ramon Bieri, Alan Vint, Gary Littlejohn, Bryan Montgomery, Charles Fitzpatrick, Ben Bravo, Terrence Malick
Sinopsis:
Dakota del Sur, 1959. Cuando el rebelde Kit Carruthers (Martin Sheen) conoce a la joven de 15 años Holly Sargis (Sissy Spacek), decide dejar atrás su mediocre vida y alcanzar el triunfo sea como sea. Pero tras un trágico incidente, ambos jóvenes se convierten en fugitivos. (FILMAFFINITY)
Premios:
1974: Premios BAFTA: Nominada a Mejor actriz revelación (Sissy Spacek)
1974: Festival de San Sebastián: Concha de Oro Mejor película, Mejor actor (Sheen)
Idioma: Inglés con subs en español (muxed)
Formato: MKV (BRRip)
Tamaño: 2 GB
Breve comentario
by yo
A pesar de las pocas películas en su haber y su fama de director arisco y poco sociable, Terrence Malick se ha ganado un hueco entre ese grupo selecto de realizadores con un cierto interés dentro del cine actual. Para su primer film Malick se inspiraría (al igual que hiciera Oliver Stone en "Asesinos natos (1994)") en la historia real de Charles Starkwheather, un joven rebelde e incomprendido que acompañado de su ingenua y precoz novia (Fugate Carel) cometería una serie de asesinatos en los estados de Nebraska y Wyoming, un terrible suceso que conmocionaría al pueblo norteamericano de la década de los 50. Con una cuidada fotografía llena de paisajes naturales y el buen uso de una voz en off que nos describe perfectamente los sentimientos y hechos de estos jóvenes, la película no sólo se regocija en mostrarnos los crímenes en sí, sino que se centra en relatarnos una atípica historia romántica entre dos seres marginales enamorados hasta la médula y su sangrienta búsqueda de un lugar alejado de la sociedad donde poder compartir su amor sin miedo a ser separados.
La verdad es que no sé muy bien cómo clasificar esta película, es un drama, es una historia de amor, es una “road-movie”, es una locura... es todo a la vez, un sinfín de sensaciones experimentas viéndola, desde el cariño hacia la pareja protagonista hasta la más absoluta repugnancia, salpicado con momentos deconcertantes, que los hay, y varios. El caso es que según empieza no ves nada nuevo bajo el sol, el típico comienzo de la típica historia, sin embargo ese sentir no dura más de diez minutos ya que situaciones con las que no contabas empiezan a surgir, actos a los que intentas dar justificación o sentido se tornan inexplicables pero, eso sí, no dejan de intrigarte. Una visión de América cercana a la de pintores realistas como Hopper y Wyeth, con sus casas de listones blancos de madera y llanuras desoladas bajo cielos infinitos e implacables, con unos personajes que pueden cometer crímenes y actos brutales, de los que no se les culpa ni se buscan sus motivaciones porque detrás de un asesinato puede no existir ninguna razón para cometerlo, y eso lo hace más inquietante y terrible. A Malick sólo le interesa la mera exposición de los hechos, no hay que intentar comprender sus películas exclusivamente por la vía de la razón, debemos dejar que nos entren por los sentidos y la sensibilidad, si lo conseguimos, la experiencia en ocasiones puede ser única.
Si quienes salieron huyendo del cine a los veinte minutos de “El árbol de la vida”, yo me incluyo, decidieran atreverse de nuevo con una película de Malick, encontrarían en su brillante ópera prima una versión sorprendentemente perfilada pero bastante más digerible de sus innegociables principios artísticos: la sempiterna voz en off, la fotografía preciosista, el laconismo y la morosidad narrativa, la exquisita selección musical, la contemplación lírica de la muerte y la violencia, la contraposición entre la vida natural y la civilización y entre las aspiraciones humanas de sosiego y pervivencia y las rígidas y torcidas leyes que gobiernan el mundo. Aquellos que, sin embargo, no quieran correr el riesgo de acercarse de nuevo a una película de Malick, tienen otra opción, en 1982, Bruce Springsteen, impresionado por esta película, compuso el tema que daba título a su disco más tenebroso, “Nebraska”, disco introspectivo e injustamente olvidado, es una canción espectral y estremecedora, construida a partir de imágenes extraídas de “Malas tierras” y que sintetiza a la perfección su espíritu, en la que es el propio Starkweather quien repasa en primera persona su trayectoria criminal y se pregunta, sin éxito, qué motivo hay tras sus actos, en qué lugar está la raíz que alimenta toda la maldad de este mundo.
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