El prisionero de Parma (1948)
Ficha Técnica:
Título original: La chartreuse de Parme
Año: 1948
País: Francia, Italia
Género: Drama, Romance
Dirección: Christian-Jaque
Fotografía: Romolo Garroni, Nicolas Hayer, Aldo Graziati, Jacques Klein (B&W)
Música: Renzo Rossellini
Guion: Christian-Jaque, Pierre Jarry, Pierre Véry. Novela: Stendhal
Productora: Coproducción Francia-Italia; Les Films André Paulvé, Scalera Film, Excelsa Films
Duración: 166 minutos
Reparto: Renée Faure, Lucien Coëdel, Louis Salou, María Casares, Gérard Philipe, Tullio Carminati, Aldo Silvani, Maria Michi, Claudio Gora, Louis Seigner, Albert Rémy
Sinopsis:
Adaptación de la novela de Stendhal "La Cartuja de Parma" ambientada a principios del siglo XIX. Terminados sus estudios en Nápoles, el marqués Fabrizio del Dongo regresa a Parma, su país natal, donde es afectuosamente recibido por su tía la duquesa Sanseverina. Pero Fabrizio se da cuenta enseguida de que los sentimientos de su tía ya no son los de una madre amorosa, sino que se ha enamorado de él. Esta pasión la lleva a abandonar a su amante, el conde Mosca, y a rechazar los galanteos del príncipe Ernesto, su más ferviente admirador. Una serie de circunstancias hacen que Fabrizio sea encarcelado en la Cartuja de Parma, y allí se enamora locamente de la hija del gobernador. (FILMAFFINITY)
Idioma: Francés con subs en español incrustados en la película
Formato: AVI (DVDRip)
Tamaño: 1’33 GB
Breve comentario
by yo
Pocos cineastas han querido acercarse a esta obra maestra de la literatura francesa que es “La Chartreuse de Parme”, escrita por Stendhal en 1838 y publicada en 1839, demasiada densa, con demasiados personajes y subtramas, la novela es un auténtico reto de adaptación, sobre todo porque su respeto requeriría de un presupuesto absolutamente astronómico. Sin embargo, el productor André Paulvé, que trabajaba desde hace un tiempo con el director Christian-Jaque, decide aceptar el reto y encarga esta adaptación al escritor Pierre Véry. Para conseguir que la película tuviese una duración de menos de tres horas y mantener el presupuesto dentro de unos límites razonables, se decide obviar todo el comienzo de la novela contando la infancia de Fabrice Del Dongo y su posterior compromiso con Napoleón, centrándose en una trama más sentimental, sin embargo, a pesar de estos cambios respecto a la novela original, la película logra deslizar algunas ideas muy interesantes que están en consonancia con la mentalidad de la posguerra: evoca la tiranía, la voluntad del pueblo de rebelarse contra las decisiones arbitrarias y la necesidad de celebrar el amor y la libertad como virtudes cardinales. Si excluimos, por lo tanto, este deseo de simplificar el tema y adaptarlo a los tiempos, “El prisionero de parma” sigue siendo una impresionante coproducción perfectamente dirigida por un Christian-Jaque en el apogeo de su carrera.
El film cuenta con una estupenda escenografía, ambientes cuidados, fantásticos interiores, una magnífica trama donde los amores y las pasiones, las bajezas y la grandeza humana, fluyen a borbotones. Resulta envolvente e irresistible, al final, es fácil sentir que uno ha tenido el privilegio de conocer, aunque sea parcialmente, una de las más bellas y sólidas historias que nos haya brindado la literatura francesa y que cuenta con una serie de personajes absolutamente memorables: uno se enamora fácilmente de la duquesa, Gina de Sanseverina (María Casares); te conmueve profundamente Clelia Conti, la sensible hija del gobernador, muy bien interpretada por Renée Faure (en aquellos años, la esposa del director); te llega al alma la dignidad del marqués Crescenzi (Claudio Gora); te despiertan encontradas sensaciones el guardia Grillo (Louis Seigner), con ese debatirse entre el bien y el mal… y por supuesto, sientes mucho aprecio por Fabrice (Fabrizio) Del Dongo, el joven seminarista de 23 años al que Gérard Philipe representa magníficamente, Gérard Philipe está perfecto en su papel, pero también hay que decir que está dominado en gran medida por el increíble carisma de la gran María Casares.
Un director, Christian-Jaque, que cuida los encuadres, ofrece interesantes ángulos y demuestra un agudo manejo del espacio, ofreciéndonos una realización fluida y dinámica que evita el aburrimiento del espectador, preciosos decorados, magnífica fotografía a cargo de Nicolas Hayer y Romolo Garroni, una hermosa música de Renzo Rossellini… Un gran espectáculo que disfrutó en su momento de un formidable éxito, consiguió terminar su carrera en el segundo puesto de la taquilla francesa de 1948 con más de 6 millones de espectadores, lo que convirtió a Gérard Philipe en una de las grandes estrellas del momento.
Genial cine, muy agradecido por esta y otras joyas
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario
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