Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972)
Ficha Técnica:
Título original: Jeremiah Johnson
Año: 1972
País: Estados Unidos
Género: Aventuras - Western
Dirección: Sydney Pollack
Fotografía: Duke Callaghan
Música: John Rubinstein, Tim McIntire
Guion: John Milius, Edward Anhalt (Novela: Vardis Fisher)
Productora: Warner Bros.
Duración: 116 minutos
Reparto: Robert Redford, Will Geer, Allyn Ann McLerie, Stefan Gieraschi, Matt Clark, Delle Bolton, Josh Albee, Joaquín Martínez, Richard Angarola, Paul Benedict
Sinopsis:
Después de desertar de la guerra entre Estados Unidos y México y hastiado de la civilización, el soldado Jeremías Johnson decide dejarlo todo y establecerse en las inhóspitas Montañas Rocosas. Se establece en un territorio dominado por los violentos indios Crow, donde, con la ayuda de un viejo trampero, aprenderá a sobrevivir en durísimas condiciones. (FILMAFFINITY)
Idioma: Inglés con subs en español (srt)
Formato: MP4 (BRRip)
Tamaño: 1’85 GB
Breve comentario
by yo
Existen películas en la historia del cine que una vez visionadas quedan adheridas a la memoria con una frescura y viveza que consiguen perdurar con el paso de los años en nuestro imaginario, “Las aventuras de Jeremiah Johnson” es una de ellas. El protagonista está encarnado por Robert Redford, que con este trabajo consiguió la madurez en su carrera cinematográfica, una madurez paralela a la amistad que le unía desde los años sesenta al director del filme, Sydney Pollack. El magnífico guion es de John Millius y Edward Anhalt, basado más en las novelas “Mountain man” de Vardis Fisher. o “Crow killer” de Raymond Thorp y Robert Bunker que en la verdadera historia del fronterizo “comedor de hígado Johson”, que según cuenta la tradición, para vengar la muerte de su mujer —una india de la tribu de “las cabezas lisas”—, mató y comió los hígados de los mejores guerreros “crow” (cuervos) que fueron sucesivamente enviando contra él. Fue el primer western de la historia en inaugurar el Festival de Cannes, pasó por numerosos problemas de financiación (que obligaron, entre otras cosas, a improvisar el reparto de secundarios, rodar en los terrenos del propio Redford, usar como vestuario ropas compradas en mercadillos, e incluso suprimir el catering), pero el director consiguió su objetivo, crear una inolvidable película, llena de belleza, sentimiento y poesía.
Pollack consigue crear uno de los universos de ficción más ricos y pintorescos imaginados durante el Siglo XX, navegando sobre una deliciosa partitura y disfrutando con una fotografía con mucho más de divino que de humano, el espectador atraviesa junto a Jeremías por todas las etapas por las que una persona de ciudad atravesaría en un hábitat si no hostil sí, cuando menos, extraño: inexperiencia, frustración, adaptación, embelesamiento… No hay una escena de más ni una escena de menos, la película nos entretiene y educa al mismo tiempo, pienso que es conveniente revisarla de vez en cuando para mantener fresca nuestra capacidad para emocionarnos, para acordarse de que es bueno mantener la llama de los propios sueños o de las propias fantasías.
Una obra muy especial, Pollack nos muestra las Rocosas en Utah de un modo absolutamente magistral, con esos planos generales llenos de belleza, no hay duda de que estamos ante una película muy física pero, al mismo tiempo, llena de tintes poéticos, donde el director recupera el sentido del paisaje como obra maestra de la naturaleza. Pollack retrata maravillosamente pedazos de realidad, a modo de fotogramas congelados sacados de una bobina, que desnudan el mundo y nos describen con objetividad sin paliativos, al hombre en contacto con la naturaleza, personajes como el entrañable y locuaz anciano Claw Bear dedicado a la caza del oso, el bandolero errante y sin escrúpulos Del Guey, el niño "mudito" bautizado Calehb por el propio Jeremiah e hijo biólogico de una mujer enloquecida por una triste desgracia, "su" mujer india fruto del habitual trueque tribal, el enigmático jefe de la tribu de los Cross, Camisa Encarnada, el ejército de caballería, cementerios indios, escenas de luchas terribles con una jauría de lobos... conforman una sobria y bella película, filmada con esmero y talento, por uno de esos directores que siempre, o casi siempre acierta con lo que nos ofrece.
Un soplo de aire fresco (de la montaña, seguro) aún cincuenta años después de estrenarse. Maravillosa, bella... inolvidable, un ejemplo modélico de hacer cine de aventuras, o mejor dicho de hacer cine, seguro que sus imágenes se van a calar en tu retina y no se van a marchar en mucho tiempo.
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