Las amigas (1955)


 

Título original: Le amiche

País: Italia

Director: Michelangelo Antonioni

Guion: Michelangelo Antonioni, Suso Cecchi d'Amico, Alba De Céspedes. Historia: Cesare Pavese

Música: Giovanni Fusco

Fotografía: Gianni Di Venanzo (B&W)

Intérpretes: Eleonora Rossi Drago, Gabriele Ferzetti, Franco Fabrizi, Valentina Cortese, Yvonne Furneaux, Madeleine _Fischer, Anna Maria Pancani, Luciano Volpato, Ettore Manni

Productora: Trionfalcine

Año de producción: 1955

Duración: 01:25:25 (Dual .avi)    -    01:45:51 (VO .mp4)

Género: Drama, Amistad


Sinopsis:

 

Clelia (Eleonora Rossi Drago) regresa desde Roma a Turín, su ciudad natal, donde ha sido enviada para dirigir una tienda de modas. Durante su estancia temporal en la ciudad conoce a un grupo de mujeres de la alta sociedad, una de las cuales, ha intentado suicidarse con una sobredosis de somníferos.


Somos así testigos de las vidas, amores y relaciones entre un grupo de amigas: Rosetta (Madeleine Fischer), Momina (Yvonne Furneaux), Nené (Valentina Cortese), y Mariella (Anna Maria Pancani), y los hombres que forman parte de sus vidas, Cesare (Franco Fabrizi), un arquitecto, amante de Momina, Lorenzo (Gabriele Ferzetti), un pintor, y Carlo (Ettore Manni), el ayudante de Cesare.

 


 

Versión: Dual    -    VO + subts. españoles

Formato: .avi    -    .mp4

Calidad: DVDrip    -    BRrip 1080p

Tamaño: 1.07 GB    -    2.02 GB

 

Las amigas (Dual) (.avi) 1.07 GB

Las amigas (VO + subts.) (.mp4) 2.02 GB

 


 

Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y un poco de rollo de mi cosecha

 

Consiguió el León de Oro en el XVI Festival de Venecia

 

También tres Cintas de Plata (Nastro d’Argento) del Sindicato Italiano de Críticos Cinematográficos a la mejor actriz de reparto (Valentina Cortese), al mejor director (Michelangelo Antonioni) y a la mejor fotografía (Gianni Di Venanzo)

 

Es la única adaptación literaria de Michelangelo Antonioni, basada en el relato “Tra donne sole” (Entre mujeres solas) de Cesare Pavese, cuya corta pero intensa vida tuvo gran influencia en todos los trabajos de este director.

Se trata de una película sobre mujeres (como indica el título del relato en el que se basa) y en el guión, junto con Antonioni, intervinieron también dos mujeres: Suso Cecchi D’Amico y Alba de Céspedes.

 

Las actrices durante un descanso en el rodaje

 

Antonioni es quizá el director que mejor tradujo en imágenes la incomunicación y las relaciones conflictivas del ser humano. “Las amigas” es una historia sobre la amistad y el amor, en la que se describen con maestría diferentes caracteres femeninos de mujeres de la clase alta, que pasan gran parte de su tiempo juntas compartiendo vidas vacías y superficiales.


Rosetta es una muchacha ingenua, que se enamora de un pintor e intenta suicidarse cuando él no le corresponde. Momina es egoísta, cínica y materialista, que no quiere atarse a ningún hombre ni siente gran respeto por sus amigas. Nené es una mujer insegura y enamorada que renuncia a una carrera prometedora por permanecer junto a su infiel esposo. Mariella es simplemente una mujer corriente y sin importancia. Todo lo contrario es Clelia, una mujer fuerte y luchadora que proviniendo de la clase media baja, ha logrado ascender a base de trabajo.


Todas las actrices están magníficas en sus interpretaciones y, ayudadas por unos diálogos inmejorables y una soberbia fotografía en blanco y negro, contribuyen sin esfuerzo aparente a poner ante nosotros las vidas de estas mujeres.

Cesare Pavese

 

Cesare Pavese, nacido el 9 de septiembre de 1908 en Santo Stefano Belbo (donde su padre, procurador de los tribunales de Turín, tenía un despacho) y fallecido en Turín el 26 de agosto de 1950, fue uno de los más importantes escritores italianos del siglo XX.

 

Con sólo seis años la muerte de su padre le marcó para siempre. Su madre compensará la ausencia del marido dándole una educación rígida. Pavese cursa estudios secundarios en Turín con Augusto Monti, colaborador de Piero Gobetti, narrador y pedagogo. Ellos serán su primer contacto con el mundo de los intelectuales pero es en su época universitaria cuando Pavese se interesa por la literatura norteamericana; en esos años, alterna su trabajo de traductor con la enseñanza del inglés.

 

Estudió filología inglesa en la universidad de Turín y, tras su licenciatura, se dedicó por completo a traducir a numerosos escritores norteamericanos, como Sherwood Anderson, Gertrude Stein, John Steinbeck y Ernest Hemingway, entre otros, así como a escribir crítica literaria. Terminó su licenciatura con una tesis sobre el poeta norteamericano Walt Whitman.

 

Junto con Giulio Einaudi y su amigo Leone Ginzburg, cofundadores de la editorial Einaudi en 1933, fue uno de los cimientos de esta famosa empresa cultural italiana desde 1937, en la que permaneció como editor hasta su muerte. Tras la guerra se incorporó al grupo editorial su amiga, la escritora Natalia Ginzburg, mujer de su compañero de curso Leone (me permito recomendaros la lectura de “Nuestros ayeres” una excelente novela de esta autora publicada por Debate en una magnífica traducción de la gran Carmen Martín Gaite).

 

Durante la II Guerra Mundial formó parte de la Resistencia antifascista como estudioso y pensador independiente aunque cercano a la izquierda italiana. Durante toda su vida, Pavese tratará de vencer la soledad interior, que veía como una condena y una vocación. Su gran amigo el escritor Davide Lajolo describió, en su libro “El vicio absurdo”, el malestar existencial que envolvió siempre su vida.

 

En 1935, al encontrarle en su poder unas cartas comprometedoras de una activista comunista de la que se había enamorado, es condenado por sus actividades antifascistas; durante su encierro termina su primer libro de versos, “Trabajar cansa”, que había empezado en 1928. En ese mismo período, empieza a escribir “El oficio de vivir”, diario literario y existencial que seguirá escribiendo hasta el final de su vida.

 

De vuelta de su confinamiento, Pavese descubre que la mujer a la que amaba se ha casado (lo que le ocasiona un segundo trauma); a partir de ese momento la angustiosa sensación del fracaso, lo acompañará hasta la muerte.

 

En 1938, su relación con la editorial Einaudi se consolida. En 1940 termina “El bello verano” (que publicó en 1949 y con el que obtendría, en 1950, el Premio Strega) e inicia “Feria de agosto”; en 1941 publica “De tu tierra”.

 

Llamado a filas, se le dispensa del servicio activo debido al asma que padece. Desde el 8 de septiembre de 1943 hasta la liberación de Italia se refugia en Serralunga, en casa de su hermana, sin contacto con los acontecimientos que sacuden el país, mientras muchos de sus amigos entran en la Resistencia. Narra estas experiencias en “La casa en la colina”, obra en la que pone de manifiesto el conflicto entre su elección y la de sus amigos, muchos de los cuales murieron. Al terminar la guerra, quizá para compensar su anterior elección, Pavese se afilia al Partido Comunista Italiano.

 

El desengaño amoroso que sufre tras la ruptura de su relación sentimental con la actriz norteamericana Constance Dowling (a la que dedica uno de sus últimos poemas: “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”) y su malestar existencial lo llevan al suicidio, ingiriendo una sobredosis de somníferos, el 26 de agosto de 1950, en Turín.

 

Constance Dowling

 

Nacida el 24 de julio de 1920, en la ciudad de Nueva York, y fallecida el 28 de Octubre de 1969 en Los Angeles, a consecuencia de un fallo cardiaco.

 

Durante la década de 1940 actuó en Broadway en comedias musicales y obras de teatro, trabajando al mismo tiempo para pagar sus estudios de arte dramático en la New Theatre School, donde conoció y se hizo buena amiga de Shelley Winters (ambas trabajaron como acomodadoras en el Belasco Theater). A finales de la década, cuando ya era una actriz de cierta fama, mantuvo una larga y pública relación con el director Elia Kazan, por entonces casado con Molly Day Thatcher, su primera mujer.

 

Fue la primera elegida para interpretar a Marie, la mujer que rompe el corazón de Toulouse Lautrec en “Moulin Rouge”, de  John Huston, pero el papel lo consiguió finalmente Colette Marchand, que fue nominada al Óscar como mejor actriz de reparto.

 

Colaboró activamente, junto con muchos otros actores y actrices, en la “Hollywood Canteen” (bar y restaurante donde tenían lugar actuaciones para los soldados y combatientes americanos de la Segunda Guerra Mundial) y en distintos espectáculos en hospitales.

 

Acabada la guerra, en 1947, ella y su hermana Doris, también actriz, se trasladaron a Roma, siendo las primeras actrices americanas que trabajaron con asiduidad en el cine italiano.  Constance regresó a Estados Unidos en 1951, casándose poco después con el productor Ivan Tors, con quien tuvo cuatro hijos: Michael Anthony, Steven Lawrence, Peter y David. El matrimonio permaneció unido hasta el fallecimiento de ella en 1969.

 

Cuando abandonó su carrera como actriz, trabajó durante un tiempo como guía en el delfinario de Saint Thomas, en las Islas Vírgenes.

 

 

 

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

 

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Esta muerte que nos acompaña

desde el alba a la noche, insomne,

sorda, como un viejo remordimiento

o un absurdo defecto. Tus ojos

serán una palabra inútil,

un grito callado, un silencio.

 

Así los ves cada mañana

cuando sola te inclinas

ante el espejo. Oh, amada esperanza,

aquel día sabremos, también,

que eres la vida y eres la nada.

 

Para todos tiene la muerte una mirada.

 

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Será como dejar un vicio,

como ver en el espejo

asomar un rostro muerto,

como escuchar un labio ya cerrado.

 

Mudos, descenderemos al abismo.

 

Lamento muchísimo no poder citar al autor de esta excelente versión castellana. No he logrado averiguar de quién se trata.

 

Os dejo también el texto original italiano.

 

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi-

questa morte che ci accompagna

dal mattino alla sera, insonne,

sorda, come un vecchio rimorso

o un vizio assurdo. I tuoi occhi

saranno una vana parola,

un grido taciuto, un silenzio.

 

Così li vedi ogni mattina

quando su te sola ti pieghi

nello specchio. O cara speranza,

quel giorno sapremo anche noi

che sei la vita e sei il nulla

 

Per tutti la morte ha uno sguardo.

 

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.

Sarà come smettere un vizio,

come vedere nello specchio

riemergere un viso morto,

come ascoltare un labbro chiuso.

 

Scenderemo nel gorgo muti.

 

 



 

 



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