Los niños del paraíso (1945)

 


 

Título original: Les enfants du paradis

País: Francia

Director: Marcel Carné

Guion: Jacques Prévert

Música: Joseph Kosma, Maurice Thiriet

Fotografía: Roger Hubert

Intérpretes: Jean-Louis Barrault, Pierre Brasseur, Pierre Renoir, Arletty, Marcel Herrand, María Casares, Louis Salou, Gérard Blain

Productora: Société Nouvelle Pathé

Año de producción: 1945

Duración: 03:01:16

Género: Romance, Drama, Teatro, Siglo XIX, Drama romántico, Realismo poético francés


Sinopsis:

 

Paris, hacia 1830. Frederick LeMaître (Pierre Brasseur), un joven romántico, sueña con convertirse en famoso actor pero incapaz de encontrar un papel a la medida de sus posibilidades acepta formar parte de un espectáculo de mimo en “Los Funámbulos”, popular teatro situado en el Bulevar del Crimen; allí conoce y se hace amigo de  Baptiste Debureau (Jean-Louis Barrault), de quien está enamorada Nathalie (María Casares), una de las actrices. Pero Baptiste sólo tiene ojos para Garance (Arletty), una antigua prostituta que se ha unido recientemente a la compañía.

 

Frederick también se ha enamorado de Garance sin saber que esta está siendo cortejada a la vez por un famoso ladrón, Pierre-François Lacenaire (Marcel Herrand), y por un rico aristócrata, el Conde Edouard de Montray (Louis Salou).


Cuando Garance es acusada de complicidad en un delito cometido por Lacenaire no tiene otra opción que entregarse a De Montray para eludir la acción de la justicia.

 

Seis años más tarde Garance regresa a París y acude a una representación de Baptiste, ahora convertido en un actor famoso. De Montray, sospechando que Garance le engaña, trata de averiguar quien pudiera ser su rival y así acaba enfrentado a su peor y más peligroso enemigo, el malvado Lacenaire…

 


Versión: Dual + subts. españoles

Formato: .avi

Calidad: DVDrip

Tamaño: 1.46 GB

 

 Los niños del paraíso


Teatro, la vida es puro teatro (un comentario de Juan Marey en Filmaffinity)

 

Curiosidades varias, algunos cotilleos (de vez en cuando) y un poco de rollo de mi cosecha

 

La idea de la película (cuyo título hace referencia a los espectadores, generalmente gente de bajo poder adquisitivo, que se acomodaban en el piso superior de los teatros, lo que en España se conocía como “el gallinero”) surgió en enero de 1943, cuando el actor Jean-Louis Barrault convenció a Marcel Carné (con quien ya había trabajado en dos ocasiones previas) para rodar una historia basada en la vida del famoso actor Jean Baptiste Gaspard Debureau. Aunque Carné se mostro desde el principio entusiasmado con la idea, su guionista, Jacques Prévert mostró grandes reservas. Estaba más interesado en la vida de otro personaje, contemporáneo de Debureau,  Pierre- François Lacenaire, famoso ladrón y asesino y ocasional poeta.


Tanto Carné como Prévert estaban sin embargo de acuerdo en que una película que contara con dos personajes tan interesantes como Debureau y Lacenaire atraería a gran cantidad de público al tiempo que no representaría ningún problema en ser aceptada por los censores nazis. Añadieron además otros dos personajes históricos, el famoso actor parisino Frédérick Lemaître y un aristócrata ficticio pero ampliamente inspirado en el Duque de Morny.

 

Los cuatro personajes competirían, en la ficción, por el amor de una bella cortesana de espíritu libre, que sería la protagonista absoluta: Garance. Este personaje se creó específicamente para una actriz que ya había trabajado en tres películas anteriores del director: Arletty.


“Los niños del paraíso” fue una súper producción que tardó en rodarse cerca de dos años y supuso un coste de sesenta millones de francos, impensable para cualquier otra película de la época. Sólo la décima parte del presupuesto se invirtió en la construcción, en los estudios Victorine, de Niza, del impresionante decorado que reproducía hasta en sus menores detalles el famoso Bulevar del Templo (*), el famoso distrito teatral parisino de las décadas de los 30 y los 40 del siglo XIX, que, en pleno rodaje, tuvo que ser parcialmente reconstruido al ser dañado por una gran tormenta.

 

(*) Es un bulevar de París que separa los distritos 3 y 11; recibe su nombre por la proximidad del templo en el que la Orden del Temple situó su priorato. Hacia 1830 era un lugar popular de paseo y diversión lleno de cafés y teatros. También conocido como “Bulevar del crimen” a causa de los numerosos melodramas que se representaban en sus teatros.


La producción estuvo a punto de ser suspendida en dos ocasiones, la primera cuando el coproductor italiano se retiró del proyecto coincidiendo con la ofensiva aliada en Italia, el verano de 1943; la segunda cuando, poco después, el productor francés fue vetado por las autoridades nazis a causa de su origen judío. Pudo terminarse cuando la productora Pathé accedió a financiar la terminación, aunque el paréntesis de tres meses incrementó considerablemente los costes.

 

Si bien no hubo dificultad en encontrar los veinticinco mil extras utilizados en algunas escenas, el mayor reto lo supuso la adquisición de todo tipo de materiales necesarios para el rodaje debido a la dificultad, normal en tiempo de guerra, para encontrar materiales de construcción y película virgen a lo que se sumaban los continuos cortes de energía eléctrica.


El propio Marcel Carné tuvo que sortear serias dificultades para evitar que trascendiera que tanto el director artístico, Alexandre Trauner, como el compositor, Joseph Kosma, ambos judíos, trabajaban en la producción. Los dos trabajaron en secreto. Al mismo tiempo numerosos miembros del equipo técnico y artístico, incluido el guionista Jacques Prévert, eran miembros activos de la Resistencia.

 

Y como para certificar que es cierto que a veces el arte imita a la vida: durante el rodaje se descubrió que Robert Le Vigan, el actor que interpretaba a Jericó, el delator, era él mismo un colaboracionista. Le Vigan tuvo que huir apresuradamente a Alemania al tiempo que en el rodaje fue sustituido por Pierre Renoir, hermano mayor del director Jean Renoir.

 

Roger Hubert, el director de fotografía, no pudo terminar el rodaje siendo sustituido por Philippe Agostini que no apareció en los títulos de crédito.


Terminada la película Marcel Carné trató por todos los medios (y consiguió) de retrasar el estreno lo más posible. Su intención era estrenar en París después de la Liberación aprovechando lo que suponía con acierto sería una explosión de fervor patriótico. Tampoco transigió respecto a la imposición del Régimen de Vichy que exigía que la película no excediese la duración de una hora y media. Puesto que el proyecto tenía una duración de unas tres horas se le sugirió que lo dividiese en dos películas separadas (“El bulevar del crimen” y “El hombre blanco”). Finalmente prevaleció la idea del director y ambas películas se exhibieron conjuntamente bajo el título de “Los niños del paraíso”, sin intermedio alguno aunque se especifican claramente las dos partes en que se divide la historia.


El film recibió unánimes críticas favorables y cosechó un gran éxito de público si bien únicamente obtuvo una mención especial en el festival de Venecia de 1946.

 

Varios de los personajes están inspirados en personas reales:

 

 


Frédérick Lemaître fue un famoso actor y dramaturgo nacido en 1800 y fallecido en 1876. 

 

 


Jean-Gaspard Debureau, actor y mimo (1796 – 1846), actuaba habitualmente en el “Teatro de los Funámbulos”.

 

 


Pierre François Lacenaire (1800 – 1836), famoso poeta y asesino en quien se inspiró Dostoyevski para el personaje de Raskolnikov, protagonista de “Crimen y castigo”.

 

 


El conde de Montray está inspirado en Charles Auguste Louis Joseph de Morny, Duque de Morny, hombre de estado e hijo natural de Hortensia de Beauharnais y Charles Joseph, conde de Flahaut, y era, por lo tanto, medio hermano de Napoleón III.

 

 

Rubia Tinctorum

El nombre de la protagonista, Garance,  es el nombre dado en Francia a una planta (rubia tinctorum) de la familia de las rubiáceas, conocida como “roja de tintoreros” cultivada en grandes cantidades por la tintura roja que se extrae de sus rizomas. En España es conocida como “rubia” o “granza”.



Tras la Liberación la carrera de Arletty, la protagonista, sufrió un serio revés debido al hecho de haber mantenido una relación con un oficial alemán. En la Francia recién liberada fue considerada como una de tantas “colaboracionistas horizontales” y tuvo que pagar por ello un precio muy alto.

 

Fue arrestada y enviada al campo de concentración de Drancy y posteriormente encerrada durante cuatro meses en la prisión de Fresnes, cerca de París. Fue puesta en libertad en diciembre de 1944 pero quedó en arresto domiciliario durante otros dos años con la prohibición, además, de no poder trabajar durante tres años. Tampoco fue invitada al estreno de “Los niños del paraíso” en marzo de 1945.

 

Cumplida la prohibición de trabajar reanudó su carrera volviendo a actuar en cine y teatro.

 

En 1949, bajo la dirección de Jean Cocteau, interpretó el papel de Blanche Dubois en “Un tranvía llamado deseo”, de Tennessee Williams, pero con la condición de que, para evitar incómodas alusiones a su pasado se sustituyese la famosa frase “Siempre dependí de la amabilidad de los extraños” por la de “Siempre dependí de la amabilidad de los desconocidos(**)

 

Hasta que, en 1963, quedó prácticamente ciega a consecuencia de un accidente, siguió trabajando con regularidad tanto en cine como en teatro.

 

(**) Tanto en inglés, “stranger”, como en francés, “étranger”, significa indistintamente extranjero o extraño.

 

La vida como poética obra de teatro (El espectador imaginario)

 


 





Comentarios

  1. Ostras Paco, que "nivelón" el de las últimas películas francesas que estás compartiendo en el blog. Gracias una vez más por añadir a la siempre interesante información que nos pasas mi comentario en filmaffinity.

    Un cordial saludo.

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    1. El “nivelón” es, como es lógico, atribuible exclusivamente a las películas. Por mi parte me limito a preparar el post y colocarlo en su sitio.

      Por otra parte no siempre acierto con el “nivelón” o, en todo caso, no todos los “nivelones” están al mismo nivel, ni tampoco soy el único que aporta clásicos indiscutibles al Blog. Ante todos vosotros, en un momento u otro, habría que quitarse el sombrero.

      Saludos cordiales, Cary.

      P.D. El enlace a tus comentarios y a alguna que otra página que me pueda parecer interesante por uno u otro motivo son casi de "obligado cumplimiento".


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