¡Ay, mi madre! (1926)




Ficha Técnica:


  • Título original: For Heaven's Sake

  • Año: 1926

  • País: Estados Unidos

  • Género: Comedia/ Romance

  • Dirección: Sam Taylor

  • Guión: John Grey, Ted Wilde

  • Duración: 55 minutos

  • Reparto: Harold Lloyd, Jobyna Ralston, Noah Young, Jim Mason, Paul Weigel, Richard Daniels, Robert Dudley


Sinopsis:


Harold Lloyd es un caprichoso millonario que puede permitirse el lujo de destrozar dos coches y tirar de chequera para adquirir uno nuevo. Su estilo de vida contrasta con el de un predicador y su hija, que dan de comer en una barriada pobre. Una serie de equívocos conducen a que Harold se convierta en involuntario benefactor de los desheredados. (FILMAFFINITY)










    Idioma: Muda con intertítulos en inglés con subs en español, alemán, portugués, italiano, sueco, noruego, italiano, finlandés, danés y neerlandés en el contenedor

    Formato: MKV (DVDRip)

    Tamaño: 407 MB








Breve comentario by yo:


¡Ay Mi Madre! forma parte de los largometrajes menores de Harold Lloyd, y más cuando se encuentra entre dos obras fundamentales de su carrera como “El Estudiante Novato” (1925) y “El Hermanito” (1927), de hecho el propio Lloyd no quedó muy satisfecho con el resultado final del presente film y le tentó archivarlo deteniendo su estreno, por suerte para él y para todos nosotros no lo hizo, ya que es una comedia muy divertida que acabó siendo uno de los mayores éxitos de taquilla de su carrera.

Como suele ser habitual en las películas del cómico los aspectos técnicos están muy cuidados y Sam Taylor, dirigiendo a Lloyd por primera vez en solitario, da prueba fehaciente de que aprendió de Fred C. Newmeyer lo que le faltaba del oficio. El filme se luce en lo creativo, en la agradable puesta en escena y en la manera con la que Lloyd nos sorprende constantemente. Los intertítulos son como siempre muy efectivos, contribuyendo con sorna al tono de comedia, y quedan como siempre unas cuantas escenas dignas de cualquier antología sobre el arte de la comedia en la época del cine mudo, por ejemplo aquella en que Harold nos da una lección de ganar sin pelear, cuando se las ingenia para llevar a los hombres a la sede de la misión, o aquella en la que se enfrenta a Bull, el bravucón, quien busca sacarlo de en medio.

Una película que no tiene nada de qué avergonzarse al lado de las grandes obras de Lloyd, la diversión está asegurada. No debes perdértela, esto es el arte de la risa, prepárate a disfrutar de un aluvión de carcajadas. ¡Ay, mi madre! qué grande eres Harold.










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