Memorias de un inquilino (Historia de un vecindario) (1947)

 



Ficha Técnica:


  • Título original: Nagaya shinshiroku

  • Año: 1947

  • País: Japón

  • Género: Drama

  • Dirección: Yasujirô Ozu

  • Guión: Yasujirō Ozu, Tadao Ikeda

  • Duración: 71 minutos

  • Reparto: Choko Iida, Hohi Aoki, Eitarô Ozawa, Mitsuko Yoshikawa, Reikichi Kawamura, Hideko Mimura, Chishu Ryu, Takeshi Sakamoto, Eiko Takamatsu, Taiji Tonoyama


Sinopsis:


En el Japón de la postguerra, un hombre encuentra en la calle a un niño perdido y lo lleva a su casa, pero nadie quiere acogerlo, ni siquiera por una noche. Finalmente, lo hace una viuda de agrio carácter. Al día siguiente, la mujer lleva al niño a su barrio y averigua que el padre se ha marchado a Tokyo y lo ha abandonando. (FILMAFFINITY)







    Idioma: Japonés con subs en inglés y español (srt)

    Formato: MKV

    Tamaño: 4'58 GB








Breve comentario by yo:


Memorias de un inquilino es la primera película producida en Japón tras la Segunda Guerra Mundial; en una época en la que la radical censura aliada masacraba sin piedad cualquier intento que mostrara la maldad de los vencedores, Ozu es capaz de convencer hasta a los censores con su ternura, su dolor y su apagado canto. El Japón inmediato a la posguerra era un país devastado que estaba luchando por renconstruirse, tal y como documentan innumerables obras de ese periodo como las películas que realizó en esos años Akira Kurosawa o la magnífica “Los Niños del Paraíso” (1948) de Hiroshi Shimizu, el filme que nos ocupa de Ozu aspiraba como muchas de esas otras obras a mostrar el duro día a día de los japoneses de clase obrera en ese difícil contexto.

Una película con un mensaje absolutamente universal, conmovedora, con los planos clásicos del Ozu más reconocible y sobre todo con la capacidad de turbar el alma del espectador. Contiene una sinceridad que llega hasta lo más hondo del alma, desde la sencillez de Ozu, con sus silencios, sus planos largos, capta todo cuanto sucede en el interior y en el exterior de sus personajes, sobre todo dentro de esa mujer que se aparta de su soledad gracias a la irrupción del niño extraviado. No es de las más conocidas, está muy lejos de ser la más nombrada de su filmografía, lejos de sus últimas películas en color de su última etapa. pero sin duda es una gran película.

Entrañable, emotiva, reflexiva, maravillosa. Una película difícil de olvidar.










YASUJIRŌ OZU 小津安二郎




Yasujiro Ozu, Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi, no solo son los tres grandes creadores del cine japonés clásico, sino que dejaron una impronta perenne en la cinematografía mundial, cada uno con su estilo, con sus maneras de ver la vida y las profundidades del ser humano, con sus distintas opiniones sobre la posición de la cámara, la épica y la sutilidad.

La cámara de Ozu retrató la realidad cotidiana situándose entre las ventanas correderas, semioculta tras una columna o a la vera de una puerta entrecerrada, revelando la intimidad sin inmiscuirse en ella, como si precisara enmarcarla con las barreras típicas de la casa japonesa. La composición de los planos demuestra además la intención de colocar el objetivo a la altura del suelo, pues la vida familiar se desarrolla precisamente sobre el alfombrado de paja de arroz y el realizador deseaba que el espectador asistiera a la acción desde una perspectiva paralela a la de los protagonistas.

En cuanto a sus métodos de trabajo, hay que destacar su meticulosidad. A lo largo de varios meses colaboró con Noda, limando los matices de cada guión, explorando todas y cada una de sus posibilidades narrativas. Llegó a tal punto ese perfeccionamiento, que no hay ningún momento de improvisación durante el rodaje, como si la película estuviera ya definida por completo antes de empezar a funcionar la cámara, e incluso antes de principiar el montaje. Las situaciones de las películas de Ozu son recurrentes, en cierto sentido, parece que cada película completa un contenido de la anterior, todas ellas se asemejan, sobre todo en la última etapa de su carrera, y, no obstante, una a una refuerzan un perfil distinto, una nueva dimensión de la vida íntima y social japonesa.

El creciente reconocimiento internacional que ha tenido el maestro, quizás ha calado más en la crítica que en el público. Nunca ha logrado Ozu una acogida mayoritaria, a pesar de la extraordinaria calidad de muchas de sus películas. Por otro lado, la distribución internacional de su obra, a diferencia de lo que ocurre con Mizoguchi y Kurosawa, ha sido irregular, basándose la mayor parte de los estudiosos para su análisis en una serie restringida de películas que, eso sí, demuestran un estilo vigoroso y personal que lo sitúa a la altura de los grandes nombres del cine universal.

(Reseña crítica extraída de varias fuentes, en especial “Patio de Butacas”)







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Comentarios

  1. Muchísimas gracias, adoro a Ozu y esta película no la he visto, así que bajando.

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  2. Gracias a ti Devonshire, comparto tu adoración por Ozu, si hay alguna película de él por la que tengas un especial interés, nos lo indicas y si la tengo la subo al blog sin problemas.

    Cordiales saludos.

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  3. me la he bajado y esa peli es otro Ozu: "Qué ha olvidado la señora", de diez años antes

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