Una mujer en la playa (1947)

 

Título original:  The Woman on the Beach
Año:  1947
Duración:  71 min.
País:  Estados Unidos
Dirección:  Jean Renoir
Guion:  Jean Renoir, Frank Davis, Michael Hogan (Novela: Mitchell Wilson)
Música:  Hanns Eisler
Fotografía:  Leo Tover, Harry J. Wild (B&W)
Reparto:  Joan Bennett, Robert Ryan, Charles Bickford, Nan Leslie, Irene Ryan, Walter Sande
Productora:  RKO Radio Pictures
Género:  Drama. Cine negro | Melodrama. Drama psicológico.


Sinopsis:  Aunque el teniente Scott Burnett, del servicio de guardacostas, padece todavía pesadillas durante su convalecencia, está decidido a casarse con su novia Eve y empezar una nueva vida. Un día, se encuentra en la playa con Peggy, la mujer de un famoso pintor ciego. Scott y Peggy se enamoran, pero ella se siente culpable y no quiere abandonar a su marido. Scott, por su parte, cree que Tod finge su ceguera para retener a su esposa a su lado. (FILMAFFINITY) 

 


 

 CALIDAD: HDRip
TAMAÑO: 1,46 GB
IDIOMA: VE

 


 

El maestro Jean Renoir llevaba casi siete años en terreno estadounidense tras huir de su Francia natal al alzarse el poder nacionalsocialista, cuando bajo los auspicios de la RKO rueda el quinto y último film de su etapa americana, el guion, de Frank Davis y el propio Renoir, se basa en la novela "None So Blind" (1944), de Mitchell Wilson, según adaptación de Michael Hogan. Rodada justo en los inicios de la posguerra, Renoir se aproxima a la problemática cotidiana de quienes habían regresado del frente completamente marcados, aunque esos traumas no se manifestasen a simple vista, y Robert Ryan, auténtico imán sobre el que recaen todas las emociones contenidas en el guion, encarna a esa generación de hombres señalados por su participación en el combate y asustados ante un futuro y una sociedad no siempre dispuestos a reconocer y premiar sus sacrificios, sin embargo, eso no significa que la película contenga una fuerte carga social, más bien funciona como contrapunto a una mirada comprensiva y llena de ternura hacia esos seres que aspiran encontrar en el amor furtivo la paz que el mundo y sus propios destinos parecen empeñados en negarles.

Con una economía de medios patente, pero con una dirección de actores excelente, Renoir consigue una película muy personal, en la que la tensión se palpa en cada momento, las rencillas del pasado, el sentimiento de culpa, el anhelo por liberarse, los celos, y por supuesto, el amor (o casi habría que decir pasión y deseo) confluyen en esta fantástica historia que tiene influencias del cine psicológico que estaba de moda en la época, pero también guarda relación con alguna de las premisas del cine negro, como el triangulo amoroso que nos propone, o la prototípica femme fatale, una espléndida e inigualable Joan Bennet, una bella mujer indecisa, seductora y manipuladora. Ocupan también su lugar los apetitos, el deseo, la pasión, el egoísmo y las profundas frustraciones personales, el ambiente que envuelve la acción destila erotismo, irrealidad, misterio… La iluminación y la fotografía son excelentes, dando relevancia a la importancia que en la película tiene lo visual, la aparición constante y como protagonista de la lluvia, el viento, las olas, el fuego…no hacen más que acentuar la intención final de la obra, que no es otra que la de abrumar al espectador con sus imágenes y tenerlo bajo el dominio de su tremenda fuerza hipnótica. 

 Genial film en el que todos y cada uno de los protagonistas firman notables interpretaciones, con un papel memorable de Charles Bickford haciendo de ciego, capaz de ser insufriblemente retorcido, sin cansarse de tirar dardos envenenados, o muy tierno; mientras un fantástico Robert Ryan actúa con una mezcla de cobardía y fuerza descomunal, toda una rareza ver a Ryan interpretar a un tipo endeble, lleno de miedos, pesadillas y marcado por un accidente naval que sufrió durante la guerra, alejado pues de esos clásicos personajes suyos y que le hicieron enorme. Pero no tengo más remedio que poner aparte a Peggy Butler (Joan Bennett), posiblemente la femme fatale más utópica y bipolar jamas creada, mostrándonos la maldad que habita en su interior, cerca de su bondad, pareciéndonos todos sus actos lógicos y meditados, sin dejar de ser actos espontáneos y tomados a la ligera. 

Fue una película muy machacada y cortada por la censura, pero aún así no perdió esa magnitud erótica que transmite, posiblemente esta no fue la primera versión que quería Renoir, pero en cualquier caso quedó fascinante, hay algo trágicamente bello e inexplicable en este film mutilado por políticas de estudio, es semejante a una bellísima escultura griega que ha sido deteriorada, a la que se le ha privado de algún fragmento, pero este hecho, lejos de disminuir su belleza, la resalta resultando su maltrecha figura inquietantemente bella, tan bella y evocadora como lo son los restos del naufragio que yacen en la playa del filme aquí comentado... Recomendable es poco.

Cary Juant.

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