Estación Unión (1950)
- Título original Union Station
- Año
- 1950
- Duración
- 80 min.
- País
- Dirección Rudolph Maté
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- Guion
- Sydney Boehm (Novela: Thomas Walsh)
- Música
- Heinz Roemheld
- Fotografía
- Daniel L. Fapp (B&W)
- Reparto
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William Holden, Nancy Olson, Barry Fitzgerald, Lyle Bettger, Jan Sterling, Allene Roberts, Herbert Heyes, Fred Graff, James Seay, Parley Baer, Ralph Sanford, Richard Karlan, Bigelow Sayre, Charles Dayton, Jean Ruth
- Productora
- Paramount Pictures
- Género
- Cine negro. Drama | Crimen. Policíaco. Secuestros / Desapariciones
- Sinopsis
- A Joyce Willecombe le inspiran desconfianza dos hombres que viajan con ella en el tren; llama entonces a Calhoun (Holden), el jefe de policía de la Estación Unión. Aunque éste, al principio, se muestra escéptico, todo parece indicar que los sospechosos están implicados en un caso de secuestro, razón por la cual Calhoun pide ayuda al inspector de policía Donnelly, pero los secuestradores son muy escurridizos. (FILMAFFINITY)
- Calidad AVI
- Idiomas Español | Inglés
- Tamaño 1,52 GB
- Union Station
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Rudolph Maté fue en principio director de fotografía, y no uno cualquiera sino uno de los más grandes, de sus ojos salieron las luces y sombras de películas como ‘Vampyr’ (id, Carl Theodor Dreyer, 1931), ‘Ser o no ser’ (‘To Be or Not to Be’, Ernst Lubitsch, 1942) o ‘La dama de Shangai’ (‘The Lady From Shagai’, Orson Welles, 1947), su último trabajo como director de fotografía antes de sentarse en la silla de director, en la que, siempre moviéndose dentro de la serie B, realizó bastantes películas a tener en cuenta. Sin duda la más conocida es ‘Con las horas contadas’ (‘D.O.A.’, 1950), ese mismo año, con el incansable en aquellos años William Holden, rueda otro film estupendo, ‘Estación Unión’, una pequeña joya de la tensión que no da respiro al espectador en ningún momento, y que continúa la moda de realizar thrillers en escenarios naturales.
ResponderEliminarSin duda, el tren es uno de los medios de transporte más cinematográficos. Pero, ¿qué hay de las estaciones? Hemos visto emotivas despedidas en los andenes, secuencias de acción aisladas, pero nunca se les ha dado tanto protagonismo como en esta película. ‘Estación Unión’ es cine negro, es cine de acción, es cine policíaco, y todo, dentro de una estación de tren con un tráfico diario de 80.000 personas (ambientada en Chicago, pero rodada en la Union Station de Los Angeles).
En la película no todo es blanco o negro, sino que como todo buen film noir, la atmósfera y la psique de los personajes está llena de maravillosas tonalidades de grises. Es una película directa, prácticamente todas sus escenas ayudan a que la trama avance, no hay escenas superfluas de relleno ni concesiones al sentimentalismo en el que suelen caer las películas de secuestros. Tras una brevísima, pero suficiente presentación de los personajes, al poco de comenzar la película, ya estamos atrapados de lleno en la acción, como observadores privilegiados de lo que ocurren en la estación. Maté incluso utiliza en diversas ocasiones planos detalle para ayudar al espectador a que siga la trama. Una vez dentro, es difícil apartar la vista de esos policías duros, que pueden llegar a parecer tan violentos como los propios criminales y de unos crueles secuestradores capaces de cualquier cosa.
Maté realiza una labor sobresaliente al rodar unas trepidantes escenas de acción, tanto por la ciudad y los trenes elevados de Chicago, como por las tripas de la estación. Escenas duras y directas que son sin duda un referente de lo que era el cine de acción en los años 50. Sin embargo, donde realmente demuestra su valía, es en las escenas de la estación, perfectamente coreografiadas entre los protagonistas de la acción y el inmenso tráfico que se genera en el vestíbulo, donde es necesario dar una sensación de movimiento y aglomeración sin que el espectador pierda de vista a los protagonistas y el hilo de la trama.
Una excelente muestra de ese cine de negro de acción de los años 50, un cine directo, duro, con detectives fríos y cínicos y espectaculares persecuciones, en las que los guiones y la maestría de los directores bastaban para hacer vibrar al público ante una pantalla de cine.
Juan Marey